Prueba Triumph Thruxton 1200 R

Prueba Triumph Thruxton 1200 R

Probamos la Triumph Thruxton 1200 R y es que lo retro se lleva!

Sí, lo retro se lleva, lo vintage vende y vende mucho y en el caso de esta preciosidad de motocicleta neo clásica fabricada por la marca británica Triumph bajo el nombre de Thruxton 1200 R se lleva y se lleva muy, muy rápido y con mucho, muchísimo estilo.

Si bien este bonito modelo de Triumph aunque se apellide R, no destaca por disponer de un potentísimo motor deportivo.

Me refiero a esos motores con unos números de potencia y par estratosféricos, en la prueba me di cuenta de que esta Thruxton a poco que le apretes «corre que se las pela» y su potencia me resultó en todo momento y situación más que suficiente.

De acuerdo que este bello vehículo de dos ruedas realmente no pasa de 100 cv, ya que son «sólo 97 cv. para un enorme motor de 1.200 cc. pero piensa que esos 97 cv. debe mover unos escasos 200 Kg. de peso».

Créeme que esta potencia es más que suficiente para literalmente catapultarte de curva a curva.

Aquellos que fruncen el ceño tras conocer sus números no la han probado, y es que en definitiva tengo una sensación en la que parece que últimamente nos hemos vuelto algo más que locos con las potencias descomunales.

La potencia de este motor es una cifra de sobra para todos.

El motor de la Triumph Thruxton 1200 R

El motor con sus caburadores simulados

El motor bicilíndrico de esta Triumph Thruxton 1200 R es muy vigoroso, responde a la mínima insinuación entregándote la potencia de forma inmediata, esos 97 cv cunden y cunden mucho, en todo momento se nota el gran par que le dan esos dos grandes cilindros de 600 cc cada uno.

Por cierto, a destacar el bonito diseño del conjunto del motor, minimalista, limpio y de perfectos acabados. En este motor muy fácil adivinar todos los elementos que lo componen ya que se muestran de forma muy visible y ordenada.

Resulta también muy curiosa la simulación de unos carburadores en el punto de admisión de aire, un gran trabajo de diseño por parte de Triumph.

Volviendo a la eficacia de su motor me han gustado y mucho sus diferentes modos de conducción, todos los noté muy efectivos, estos modos actúan sobre el tacto del acelerador de forma que precises enroscar más o menos el gas para que su bicilíndrico suba de vueltas.

Probé todos los modos en escaso tiempo, en poco más de una hora que estuve de ruta con ella, en mi recorrido tuve un 80% de recorrido en carretera virada de montaña con el modo Sport y Road activado.

El modo Rain lo activé el resto de la ruta, ya en ciudad y noté como alargaba considerablemente el recorrido del mando del gas.

Me gustó mucho la estirada del gran bicilíndrico de Triumph, la llevé hasta corte en varias ocasiones, siempre en primera o segunda velocidad con sus poderosísimos bajos.

El sonido de la Triumph Thruxton 1200 R

Amortiguación trasera Ohlins

Me encantó el ronroneo del sonido que emanan en parado los preciosos escapes plateados mate Vance & Hines.

Un sonido que en parado, a golpe de gas es muy ronco, precioso, y una vez en marcha brama de forma deportiva cuando estirar sus marchas hasta asomarse la zona roja del tacómetro. Zona a la que le cuesta llegar muy poco a esta Thruxton.

El cambio de marchas de la Triumph Thruxton 1200 R

La relación de marchas me resultó algo corta, al menos a lo que yo estoy acostumbrado, sin ir más lejos en segunda alcanzaba por muy poco los 110 Km/h para cortar rápidamente.

Quizá fuese un rango algo por encima, la verdad es que no llegué a detenerme tanto en mirar sus relojes analógicos estando tan cerquita del corte, pero más o menos esa fue la velocidad antes del corte en segunda velocidad.

El marcador de la Triumph Thruxton 1200 R

Sus relojes… son clásicos pero poco funcionales, a poco que sobrepases los 30 Km/h de poco sirve un contador de revoluciones tan pequeño.

La ergonomía de la Triumph Thruxton 1200 R

La posición es algo incómoda y forzada, como corresponde a su deportividad, a la R que lleva en su nombre este modelo.

La Thruxton 1200 R es sin lugar a dudas una moto muy manejable, con un depósito muy estrecho que permite moverte sobre ella dándote cierta facilidad y velocidad en poder tumbar y levantar con sólo tener la intención de hacerlo.

Está disponible en color gris como en las fotos pero además también está en un bonito color rojo que combina de perlas con sus horquillas invertidas doradas y sus muelles traseros amarillos.

Extras de la Triumph Thruxton 1200 R

La zaga es muy pero que muy retro

El modelo Thruxton 1200 R de la prueba y que aparece en las fotos va equipado con un kit que cuesta alrededor de los 2.500 euros y que entre otros componentes incorpora:

  • La cúpula, que según preguntamos ya por si sola cuesta algo más de 1.000 euros.
  • Los escapes Vance & Hines
  • Los retrovisores.

El precio de la Triumph Thruxton 1200R

La Thruxton puede parecer una moto cara, más de 13.000 euros. Desde mi punto de vista valorando eficacia y versatibilidad sin lugar a dudas es demasiado cara.

Sobre todo considerando su versatibilidad, representando más bien una compra más de capricho y coleccionismo que no práctica.

Esta Thruxton es una moto tremendamente icónica, lejos de ser una deportiva actual con la que entrar a desforgarse en circuito ni una moto cómoda para el día a día.

Su secreto o su punto es que te hará vibrar tan sólo con llegar al garaje y contemplarla, luego rodando levantarás miradas de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y cuando la cojas el fin de semana prepárate para llevarla bien limpia porque no dejarán de mirarla.

Y poca cosa más ya que además de que tampoco esta Triumph Thruxton es ni mucho menos una moto pensada para realizar largos viajes, su protección aerodinámica es escasa y la posición  de conducción bastante incómoda, pero es tan bonita, no me importaría tenerla en el comedor de casa y salir a domarla cada día por reviradas curvas de montaña, señores de Triumph, excelente diseño y moto.