Seguimos con el análisis sobre el estado actual del sector del automóvil, esos vehículos de cuatro ruedas, pues este sector ha comenzado un cambio que para mi va a ser del todo imparable hacia una economía ecológica medioambiental que está haciendo replantearnos todo aquello que dábamos por sentado. Como las cilindrada y el numero de cilindros de un motor.
Y es que poderosos motores como el Ferrari V12 de la foto, que cuenta con nada más y nada menos que 12 cilindros, 6 en cada bancada, y no precisamente de baja cilindrada son motores que equipan los más exclusivos coches de marcas inalcanzables para casi todos, limitados en su venta por dos factores, el principal su altísimo coste de compra y por otro lado un mantenimiento carísimo. Así que el resto de compradores que no cuente con una muy abigarrada cuenta bancaria se deberá olvidar de los V12 y conformar con coches de 4 cilindros, como los de toda la vida.
Pero alto ahí… para empezar ni eso es seguro, por un lado ni que decir tiene que coches de más de 4 cilindros quedarán totalmente limitados a esos exclusivísimos vehículos deportivos, nada de motores de 10, 8 6 o 5 cilindros, ni tan siquiera tenemos asegurados que no se extingan los de 4. Y es que incluso los motores de toda la vida de 4 cilindros empiezan a perder uno o dos cilindros ya que en su lugar hoy nos empiezan a vender motores de 2 y 3 cilindros, o los tradicionales de 4 cilindros pero que cuentan con sistemas de cilindros «desconectables».
Y es que la economía medioambiental está de moda, y estos coches de nueva hornada a pesar de sus muchos detractores consiguen un claro ahorro en la emisión de gases nocivos a la atmósfera gracias a diferentes aspectos, uno la cilindrada, que es inferior y por otro lado con el uso de menos cilindros.
En los nuevos vehículos de cuatro cilindros algunos cuentan con un sistema de cilindros desconectables a decisión del ordenador de a bordo, sistemas en los que no siempre trabajan todos los cilindros al unísono, en determinadas ocasiones se paran uno o dos cilindros, momentos como cuando el conductor no les está exigiendo un alto rendimiento porque está circulando tranquilamente en llano, en bajada, aparcando o esperando a que el semáforo cambie.
Obviamente la desconexión de los cilindros consigue rebajar considerablemente el consumo medio del coche al reducir en muchos momentos la cilindrada del coche, pongamos un ejemplo, si un vehículo de 4 cilindros y 1.200 cc tiene sistema de desconexión de los cilindros, la cilindrada del coche bajará 300 cc. por cada cilindro que sea capaz de desconectar. Un cilindro es un agujero o recipiente metálico que se rellena de combustible para su posterior explosión, a menos número de agujeros menor consumo de gasolina, alrededor de un descenso del 20%.
Esta reducción en el consumo repercute directa y proporcionalmente en la emisión de gases nocivos a la atmósfera.
Además de este sistema de desconexión del cilindro en si algunos coches llevan cierto tiempo incorporando sistemas selectivo sobre las válvulas de admisión y escape que se cierran para reducir el flujo de combustible bajo ciertas circunstancias.
Otra tendencia actual es la propia reducción de la cilindrada de los coches, motores más pequeños pero más eficientes, es decir que con menor cilindrada son capaces de rendir más caballos de potencia. Conseguir esto es relativamente fácil y no especialmente nuevo, desde tiempo atrás se han utilizados sistemas como los turbocompresores que permiten a un motor de baja cilindrada tener el mismo rendimiento o incluso mayor que uno de mayor cilindrada. ¿Cómo lo consiguen? Fácil, comprimiendo la mezcla de aire y combustible en el interior del cilindro, los cilindros, esos agujeros o recipientes donde se realiza la mezcla explosiva se rellenan más gracias al turbo y el vehículo ofrece una potencia a medio y alto régimen que es equiparable con la de un coche con motor atmosférico del doble de cilindrada. Obviamente al entrar en funcionamiento el turbocompresor y llenar más los cilindros el consumo de combustible sube rápidamente pero mientras no hacemos uso de toda esa caballería, la mayoría de las veces, se muestra más eficiente en consumo y por ende en emisiones nocivas a la atmósfera que un vehículo sin turbo o atmosférico.
Todos estos sistemas se han desarrollado con el objetivo común de reducir el consumo de combustible y la bajada en la cantidad de emisiones. Obviamente este es de buenas a primeras el objetivo de estos pero siendo sincero que habrás algunos otros, como el fomentar el consumo y con ello el ciclo económico, aunque ya se que esto está mal decirlo, pero es que los ricos se tienen que enriquecer, los estados se tienen que nutrir y todo eso amigo, lo paga el pueblo, mediante impuestos que gravan las compras.
Si bien todo sobre el papel parece un mundo idílico donde cada vez nuestros coches consumen menos, corren lo mismo y sobre todo contaminan menos muchos se preguntarán si todas estas complejidades electrónicas y mecánicas así como la reducción de cilindradas repercutirán en la buena salud de estos tipos de motores con el paso del tiempo.
¿Durarán igual esos motores tan cortos de cilindrada y con sólo dos o tres cilindros?
Claramente no, no como antes que un coche bien conservado lo podía tener más de 15 años, estos nuevos coches creo que a lo sumo quizá duren 5 o 10 años. El constante incremento en complejidad así como la presencia de tantos elementos electrónicos y mecánicos en perfecta conjunción eleva exponencialmente la posibilidad de fallos.
Hablando de futuro y fallos imagina por un momento cuando estos, tengan problemas en el futuro, causados por el propio uso, por un pequeño golpe o accidente, en esto el coste de la reparación de los mismos será más elevado que un actual, siendo tan elevado como para plantearse si merece la pena conservar nuestro coche de 5 o 10 años durante unos más o adquirir uno nuevo con los sistemas de motor que para entonces estén en uso.
Vista esta reflexión casi que realmente vendrá una nueva.
¿Quién estira ya hoy un coche más allá de los 10 años?
La respuesta es que casi nadie, a poco que puedas cambiarás tu coche antes que este cumpla los 10 años, siempre y cuando le des utilidad, es obvio que si apenas lo coges o no viajas frecuentemente con él no necesitarás cambiarlo. Cuanta a familiares y amigos que tienen un coche en la actualidad con 11 o más años, seguro que son más bien pocos.
Si bien el ciclo de renovación que se nos viene es inferior a esos 10 años, por otro lado nos dicen los medios que España es uno de los países con el parque de automóviles más viejos del continente europeo. De acuerdo, en Europa puede, también somos de los países que tenemos más paro, o el que más paro juvenil tiene, donde los sueldos y pensiones se encuentran o congelados o en constate declive además y sobre todo de que no hay que olvidar que continentes en este planeta somos 5. Y precisamente tras América, en relación a los U.S.A. creo que no hay muchos continentes con el alto nivel de consumo automovilístico europeo. Por tanto, en el ranking mundial y no europeo, como España, no estaremos tan mal.
A decir verdad pasa un poco como todo, los habrá que estiren su coche durante muchos años porque económicamente no pueden, o por que les sea totalmente prescindible ya que no les dan uso, y por otro lado habrá otros que lo cambiarán cada dos o años ya que si le dan uso, sea este real o social de estatus pero pueden lo renovarán cada tanto pues estamos en la era del consumo alocado y los fabricantes con sus anuncios nos obligan «telepática y socialmente» a ese constante cambio así que si podemos permitirlo, nos cambiamos de coche antes de que se este «se haga demasiado viejo»… y eso a veces es a los 4-6 años, aunque implique seguir pagando letra tras letra mes tras mes durante años, lo haremos.
Ciertamente este recorte en la durabilidad del vehículo producido por el consumo desbocado, unido a la circunstancia provocada por medios estatales que ya se han empezado a señalar de mala manera a los vehículos antiguos mediante el uso de adhesivos de eficiencia energética de aquellos que si no lo llevas es como llevar uno bien grande de «yo me cargo el planeta» son circunstancias que abocan a que finalmente la durabilidad de un coche no sea tan importante como antes.