Podríamos titular esta crítica de muy diversas maneras, primero pensamos algo así como «Lo que se perdió en la frontera de Pandora», algo que a buen seguro les gustaría a todos y cada uno de los cientos de miles de seguidores de esta famosa saga de videojuegos, pero claro…
¿Qué pensarán aquellos que no son auténticos gamers? Aquellos que son cinéfilos y les encanta el subgénero a lo Mad Max, y es que de entrada Borderlands puedes pensar que te va ofrecer como mínimo algo así, una trama interesante, muchos momentos de acción, algún que otro chiste y chascarrillo made in USA y una calidad alta de espectáculo.
Nada más lejos de la realidad, y es que es en la ficción de lo visual, en los efectos especiales es donde mayormente se pierde esta película basada en uno de los videojuegos más famosos de los últimos años, y sólo eso, esa espectacularidad visual que podemos percibir en determinados momentos, la salva, ya que de lo contrario sería una auténtica candidata a la mayor bazofia cinéfila del año.
Estamos todos de acuerdo que en los meses estivales hay más público dispuesto a ir a la salas, será por el tiempo libre, será por las ganas de pasárselo bien o simplemente por pasar dos horas fresquito a la sombra y con el aire disfrutando del sonido y la calidad de imagen que sólo una gran sala de cine puede darte, pero todo eso ni en suma hace que merezca pagar una entrada para sentarse a ver Borderlands.
Cuando un videojuego intenta saltar a la pantalla grande, las expectativas son altas. La promesa de una aventura visualmente impresionante, personajes memorables y un argumento que capture el espíritu del juego original puede resultar irresistible.
Sin embargo, «Borderlands», cuenta además con un elenco de actores y actrices estelar deonde además vestuario y maquillaje hacen honor fiel al videojuego ofreciendo una estética vibrante, pero aun teniendo todos los ingredientes, y muy a nuestro pesar se queda en un limbo entre lo prometedor y lo decepcionante. Es como si los cineastas hubieran querido hacer un buen trabajo, pero no hayan logrado encontrar la chispa mágica que convierte una adaptación en algo memorable.
El filme nos sumerge en el mundo postapocalíptico de Pandora, un lugar donde la ciencia ficción se mezcla con elementos cómicos y violentos. Desde el principio, «Borderlands» intenta imitar el tono irreverente y sarcástico del videojuego original, pero sus intentos caen en lo predecible. Las referencias a otros éxitos de la ciencia ficción como «Guardianes de la Galaxia» son evidentes, y la película se siente como una versión más suave y menos divertida de esas aventuras espaciales.
Violencia sin alma y comedia sin risas
La dirección de Eli Roth, conocido por sus películas de horror, resulta extraña en este contexto. Si bien logra filmar las secuencias de acción con eficacia, le falta el pulso necesario para imbuirlas de adrenalina o emoción. La violencia, aunque abundante, carece de impacto, y la comedia no logra arrancar una sonrisa genuina.
El humor del filme se siente forzado y sin chispa. Incluso las intervenciones de Jack Black como Claptrap, un robot con una personalidad excéntrica, parecen contenerse, como si alguien les hubiera dicho que no fueran demasiado alocados. Es como si el guión tuviera miedo de ser realmente divertido.
Un gran desperdicio de talento
A pesar de sus defectos, «Borderlands» cuenta con unas actrices muy talentosas. Destaca, como no podía ser de otra manera, nuestra querida y alabada Cate Blanchett quien se destaca en un papel de una auténtica heroína de acción, capaz de disparar y luchar con la misma elegancia que interpreta a personajes opuestos, del todo dramáticos.
El resto del reparto, secundando a Cate una Jamie Lee Curtis que no brilla, y el cómico más de moda, Kevin Hart, junto a un enorme que empequeñece en esta ocasión Jack Black no consiguen ni elevar el nivel de la película a comedia decentes, y es que parece que se encuentra limitados o faltos de ideas interpretativas, puede que todo se deba a una equivocada elección en la dirección del film.
Duele que incluso con actores tan capaces, «Borderlands» no logre brillar lo más mínimo. Se siente como una película hecha para cumplir con las expectativas de taquilla veraniega, pero sin el entusiasmo o la pasión necesarias para convertirla en algo especial. Una oportunidad perdida
Conclusión
«Borderlands» es un ejemplo de lo que puede salir mal cuando se adapta un videojuego a la pantalla grande. La película tiene algunos elementos atractivos, como su estética visual y su elenco de estrellas, pero no logra capturar el espíritu del juego original ni ofrecer una experiencia verdaderamente memorable. Se queda en un limbo gris, olvidable para muchos, un «Borderlands» sin alma.