Debo reconocer que no puedo ser imparcial, más que nada porque me confieso todo un amante de la novela negra nórdica, esas noir que descubrí como muchos de vosotros gracias al ya fallecido Stieg Larsson y que me devolvieron al hábito de la lectura tras algunos años de pausa.
La series sobre la que va esta crítica es Desaparecida en Lorenskog, una serie de TV con todos los ingredientes de este tipo de novelas.
¿De qué va Desaparecida en Lorenskog?
La serie está basada en hechos reales, transcurre en Noruega, en la localidad de Lørenskog, un día cualquier la mujer de un multimillonario noruego es secuestrada a la fuerza y sus secuestradores piden un rescate en criptomonedas.
Fue en un mes de octubre de 2018 cuando se produjo dicho secuestro y cuatro años después en la actualidad no se ha cerrado la investigación ni existen pruebas de vida de la secuestrada.
En la serie hablan de la criptomoneda denominada monero, y la ubican como una moneda que se suele utilizar en este tipo de transacciones en la red oscura.
El principal señalado como posible autor del secuestro o asesinato es su marido un multimillonario noruego de perfil bajo, alguien que vive una vida de forma más o menos normal aun teniendo una enorme fortuna a sus espaldas. Los motivos que podrían llevar al marido a ser el que encargó su secuestro y/o muerte son varios, desde las desavenencias matrimoniales manifiestas en varias ocasiones a la posible pérdida de capital si la secuestrada hubiese llegado a solicitar el divorcio que pensaba llevar a cabo, tal y como parece que revela la investigación policial.
En la miniserie, ya que sólo son 5 capítulos de una hora más o menos cada uno, tendremos un esquema diferente al visto en otras series, sobre todo en las americanos, aportando una narrativa multihilo que desde el punto de vista creativo me despierta muchas posibilidades.
¿Qué aporta la serie Desaparecida en Lørenskog?
Pues sin llegar a ser una serie mayúscula ya que tiene claros fallos de ritmo es de esas series que sí que aporta algo fresco e innovador, siendo esa su mejor y mayhor baza.
Lo primero y más destacable es que nos plantea algo relativamente nuevo sobre un único hecho y es la disección de la serie en 5 capítulos con un enfoque grupal diferente en cada uno de ellos.
Dicho de otra manera, en el primer capítulo tendremos la visión de los hechos desde el punto de vista del sujeto secuestrado, la familia y sobre todo de la policía local.
En el segundo será la prensa, el periodismo el que se lleve el enfoque de los hechos hacia su terreno, veremos las necesidades editoriales por encima de las éticas y es que vender periódicos y revistas es su negocio por encima del aporte en la investigación donde señalan a Tom Hagen, el marido de la misma como el principal sospechoso.
Llegamos al tercero de los capítulos y enfoques, el que toma la ley como prisma desde los abogados que defienden al acusado el multimillonario Tom Hagen, para ver, analizar y así tratar de poner orden y justicia sobre las consecuencias en los que deriva la historia y donde el principal investigado, el marido de la secuestrada es encerrado en prisión durante 11 días.
Vuelven los periodistas a ocupar este cuarto capítulo casi en su totalidad para ofrecer una nueva y posible visión donde la duda asalta, y es que tras la liberación del principal encausado en el secuestro de Anne-Elisabeth Hagen la percepción de culpabilidad de este comienza a debilitarse.
En el capítulo cinco, el último, entrarán en juego los denominados informantes, un perfil que si bien siempre está o debería estar presente ante cualquier investigación de cierta complejidad muchas veces son ignorados en lo narrativo. Los informantes son los chivatos de los malos, aquellos que a cambio de ciertos privilegios en su situación carcelaria dan información a la policía o a los medios ampliando así la visión que bien puede diferir de la establecida para hacer llegar nueva luz al asunto.
Luego está como segundo aporte, que me resulta imposible dejar en el tintero a riesgo de hacer un evidente espóiler, y es que cuando hablamos de que es lo que aporta esta serie respecto a todas las series de investigaciones que hemos visto, el dejar la serie abierta sin más y sin esperas de una nueva temporada.
He analizado para tiroriro.com ya una gran cantidad de series que con el tiempo ha dejado de ser irrelevante para ser de largo el género más analizado en nuestras críticas de serie, claro que hablo de un género de investigación a grosso modo y sin entrar exclusivamente en el noir nórdico. Y esta es una serie que aporta una técnica y esquema de guion que me ha gustado y mucho.
Reparto de la serie Desaparecida en Lørenskog
Un reparto que destacará por ser totalmente irreconocible para la mayoría de lectores de tiroriro.com y es que actrices y actores del norte de Europa son tan cercanos en el espacio como desconocidos por la mayoría.
Y no es que los actores made in USA o los actores y actrices españoles sean mejores no, si no que apenas nos llegan series locales de los países del norte.
Quizá es a partir de ahora cuando vamos a poder desintoxicarnos de tanto producto americanizado ya que con la consolidación de las plataformas de streaming como HBO, Netflix, Disney, Prime Vídeo en todos los países europeos y las normativas que los gobiernos han tenido a bien para someter a estas grandes multinacionales para que dejen parte de la tarta y sus correspondientes ingresos en los países donde tienen presencia en base al apoyo de las producciones locales.
De entre todos los personajes de la serie no destaca ninguno por encima del resto, si bien en los primeros compases y casi durante todo el primer capítulo uno señala a Yngvild Støen Grotmol, quien me recuerda vagamente al atractivo de Sharon Stone en el papel de la investigadora Jorunn como la protagonista de esta serie.
Pero posteriormente su presencia en pantalla se desvanece por el propio enfoque peculiar de la serie donde en cada capítulo tendríamos lo que podría llamarse un acto, no consecutivo en su mayoría si no con un cambio focal en cuanto a la percepción.
Conclusión sobre la serie Desaparecida en Lørenskog
Es una serie que se deja ver y que gustará a los amantes del género negro con tintes nórdicos, al igual que aquellos lectores de este género literario.
Dicho esto, es una serie a la que le falta ritmo, y aun rompiendo esquemas en su multienfoque no logra salvarse de la penalización que conlleva esta forma de contar historias y que se echa en falta una mayor continuidad y presencia de elementos más protagonistas.
Cosas como la aproximación del padre de la investigadora principal y su enfermedad no aportan nada sobre la historia y te someten a un alejamiento del hilo principal innecesario.