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Crítica serie Station Eleven

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Llevamos ya unos cuantos episodios de la nueva serie de HBOmax Station Eleven, traducida por Estación Once en España y aquí, en la sección de qué series ver te vamos a contar nuestras impresiones y recomendaciones sobre si debes ver esta serie o no.

La serie, impregnada de máxima actualidad y quizá todavía más de oportunismo, consigue una atmósfera cautivante post-apocalíptica, si bien esto ya lo hemos visto en muchas ocasiones, esta vez tiene algún que otro aporte que la aleja de la típica historia del fin del mundo.

Y es que sin el aporte de nada nuevo al que recurren muchos directores, guionistas y plataformas, quizá porque los espectadores somos visualmente fáciles, convertiríamos la industria audiovisual en una industria cárnica, donde el beneficio es la principal premura, sin arte ni historia que comunicar.

Y aquí es donde Station Eleven irrumpe, aunque quizá titubeante, sobre todo en ese primer capítulo que te hace replantear si va a merecer la pena o no continuar la historia.

Algo que a la postre consigue al aportar algo nuevo, aunque a la vez viejo, como es el arte y sus recorridos ciudad a ciudad.

¿De qué va Station Eleven?

Si bien en ese primer capítulo vemos asomar un claro oportunismo, donde sin más aparece un virus que pretende asolar la humanidad, lo cual a pesar de conservar cierto «morbo», es un recurso tan fácil como real.

Sin embargo y tras este primer capítulo luego comenzamos a ver la verdadera historia que nos quiere transmitir la serie Estación Once.

¿Qué tal está Station Eleven?

Es una serie que requiere algo de esfuerzo hasta que te captura, el primer capítulo es flojo, luego va a mejor, sobre todo pasado el tercero.

Y es que confieso que desde el principio me tiró algo para atrás la escasa credibilidad puesta de manifiesto en el primer capítulo, conforme sin mediar problema de calado alguno la niña acompaña al protagonista hasta el supuesto refugio en el que quiere convertir el apartamento del hermano de este.

El guion flojea en el aspecto de ser creíble en esos inicios, es como si quisieran conformar a toca costa el tándem, virus, fin del mundo, hombre soltero, protector de niña pequeña que será la llave a un mejor nuevo mundo.

Aunque esto luego se rompe sin más, centrándose en la niña y su circense vida, donde interpretará a Hamlet en una especie de gira que hacen año tras año por tierras seguras. Y he ahí lo fresco, lo nuevo, lo que choca y te hace ir más allá del segundo capítulo.

En su devenir por las ciudades ella buscará respuestas a algo que parece que nos quiere ocultar el guionista, la pérdida de sus cuidadores, de ese primer protagonista del primer capítulo, nos irán desvelando lo sucedido con dos líneas de tiempo, la actual 10 años después del suceso y la inmediatamente posterior a este.

Luego y como es de esperar, nos mostrarán su devenir por un mundo desolado por un virus.

Es el mundo apocalíptico algo que inquieta, un recurso visual fácil, que impregna, a su llegada en los últimos minutos del primer capítulo de cierto toque a videojuego, muy en línea de lo visto en el excelente The Last of Us de Naughty Dog.

Reparto de Station Eleven

Mackenzie Davis

El prota de esta serie es ella, la niña en el primer episodio y la adulta a partir de los últimos momentos de ese primer episodio.

El prota masculino Jeevan es secundado por Himesh Patel, si bien no resulta del todo veraz.

Volviendo a ella, en su dualidad interpretativa a destacar la niña pequeña, interpretada por Matilda Lawler, quien lo hace francamente bien, aunque vestuario quizá recurre en exceso a la excesiva caracterización visual, en conceptualización de niña moderna desamparada.

Posteriormente y ya con la mujer adulta está interpretada por la bella Mackenzie Davis, alguien que te produce una doble opinión, ya que es una actriz dura, atlética, aunque muy bella.

De alguna forma te transmite curiosidad, porque es evidente que crea un transfondo en los primeros capítulos y te hace querer tirar de la conexión entre la adulta y la niña.

El resto del reparto cumple, como es normal en estas megraproducciones americanas.

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