Irving Penn nació en New Jersey (USA) en 1911 y falleció en New York en el 2009 .
A la edad de 30 años Penn se convirtió en el ayudante de Alexander Libermann, director de arte de Vogue, el cual le animó a que se dedicara a la fotografía.
En 1944 realizó su primera fotografía de moda. Además, durante ese mismo año y el siguiente, Irving Penn pasó a ser corresponsal de guerra en países tan distantes como Italia o la India.
A partir de aquí, Penn inició su carrera profesional en el ámbito de la imagen, pasando por el mundo de la moda, los ensayos fotográficos o incluso las fotografías de viajes.
Irving Penn, elegancia glamurosa
Durante muchos años Irving Penn ha sido todo un referente para los fotógrafos de moda; estuvo colaborando para prestigiosas revistas como Vogue y otras similares, pero sus fotos no reflejaban únicamente la apariencia estética, sino que también perseguían mostrar el lado humano de sus modelos, transformando imágenes anónimas en retratos artísticos.
Autor prolífico, Irving Penn jugó diferentes cartas de la baraja fotográfica, por ese motivo, este fotógrafo trabajó tanto el retrato artístico, como el retrato etnográfico, el desnudo o incluso la naturaleza muerta.
La verdad es que este autor nos ha ofrecido un extenso portfolio lleno de fuertes personalidades.
Artistas como Marcel Duchamp, Igor Stravinski, Truman Capote o Dalí formaron parte de este elenco icónico.
Irving Penn se caracterizaba por situar a los personajes de sus retratos en espacios blancos, de esa manera; mediante la puesta en escena de sus modelos contra el fondo neutral y casi «existencialista» de su blanco estudio fotográfico, intentaba provocar las actitudes naturales de sus personajes fotografiados, con el objetivo de que éstos evitaran colocarse simplemente de forma convencional delante de la cámara.
Por otro lado, al mismo tiempo que realizaba encargos de retratos y moda, Penn llevó a cabo sus primeras fotografías de desnudo en su estudio neoyorquino, obras que solo presentaría en público al cabo de treinta años después bajo el título de “Earthly Bodies”.
En cuanto completó la serie de desnudos, los guardó en una caja por temor a la reacción negativa del público.
No en vano, sus desnudos han despertado opiniones diversas, hubo quien describió estas imágenes como un ataque kamikaze voluntario del autor contra su identidad pública de fotógrafo de moda, puesto que el resultado que mostraban sus desnudos femeninos reflejaban lo opuesto a las formas esbeltas características de sus modelos.
En la actualidad, podemos afirmar que los desnudos de Penn no reflejan una antiestética de lo feo, sino más bien se rigen por los mismos principios de belleza y simplicidad representativa tan característica de su obra.
Así que, si no te los quieres perder, te aconsejo que eches un vistazo a este célebre fotógrafo.