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Messi despedido

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A la calle! despedido, finiquitado, fired! el argentino Lionel Messi se queda fuera del club de sus sueños… aunque la mayoría de ellos, me refiero a sus sueños, digo yo que ya los habrá cumplido.

El de Rosario ha conseguido un éxito mundial sin precedentes, un reconocimiento planetario, una afición entregada en su carrera profesional. Considerado por muchos como el mejor jugador de la historia.

Además Leo, en lo personal ha conseguido al amor de su vida, al casarse con una amiga de la infancia que siempre le había hecho tilín, aunque a ella, la mujer de Messi, es claramente más guapa que él cuentan las malas lenguas que Messi no le gustaba y que en todo caso su boda fue por amor al dinero.

Sea como sea, Leo en lo personal ha conseguido una gran familia y en lo profesional pasta, mucha pero que mucha pasta.

Es tanto el dinero que tiene que a mi sus lloros me resbalan.

Messi despedido del Barça

Messi despedido del Barça

A mi eso que hacen tanto el club como Leo de echarle la culpa a la Liga sobre el fin de la relación Barça – Messi no me entra en mi dura mollera.

Con esos argumentos de que si se alcanza el tope salarial, que si no se ha vendido todo lo que se hubiera podido vender, cuando incluso se ha comprado me sorprende.

Excusas, probablemente pactadas, negociadas, o bien porque el jugador ya tenía apalabrada su llegada a otro club, ponga aquí usted PSG, Manchester City o cualquier club árabe, japonés o chino repleto de dólares, o porque el club quería despedirlo sí o sí.

Más que nada porque soluciones las había y las seguirá habiendo.

Tebas nunca fue de mi agrado, pero desde luego creo que esta vez no miente al defender a LaLiga, la norma es igual para todos y el Barça, desde mi punto de vista parece que ha buscado ese resquicio para quedarse sin opciones de renovar al gran Leo Messi.

Así que de alguna forma a Messi lo han despedido, lo han echado del club de sus sueños, un año después de que el mismo jugador despreciase de todas todas a la entidad.

Yo no tengo la culpa

Burofax de Messi al Barça

Leo ahora nos dice que esta vez no ha querido fastidiar al Barça, que eso fue el año pasado, con el burofax, que este año su intención era quedarse ya que se lo pasa bien en Barcelona con su familia, con sus hijos que define como catalano-argentinos, pues muy bien, una intención no cura la herida que el mismo se encargó de abrir el año anterior.

Su posición, un año atrás, fue de auténtico desprecio al club, quizá el presidente entonces tuviese que tragar con ello para preservar su puesto, haberse enfrentado contra alguien tan querido por los socios y aficionados hubiese sido un suicidio presidencial.

Messi se quería ir gratis, cuando el club por aquel entonces podría haberlo vendido por una importante suma de dinero y así preservar al club.

Pero ciertos socios, seguidores, aficionados y sobre todo mandamases, no olvidan ni perdonan. Personas que vieron en los actos de Leo Messi un final anunciado, a sabiendas de que en un año e jugador quedaría libre en el mercado ya comenzaron a proyectar un futuro lejos de él.

Para colmo la presencia en la temporada 2020-2021 de Messi, con el que Koeman no contó durante un cierto periodo de tiempo tras los me voy y no me voy del verano pasado, alteró los planes del entrenador, parecía que era Messi el que decidía quien jugaba y quien no, el amo de la plantilla y por ende en el club.

Leo, ayer nos dijo entre lloros que se había bajado el 50% de su ficha, lo que equivale al 50% de mucho, de una ficha del astro más astro de todos los tiempos. A todas luces una ficha que sigue siendo muy alta, no quedaros con la mitad de algo, quedaros con la mitad del máximo.

Que hubiera pasado si Messi hubiera optado por jugar gratis durante un año, por no inflar la ficha salarial del club y así alejarse de los topes impuestos sabiamente por LaLiga, quizá entonces Messi hubiera seguido en el Barça y eso lo hubiese hecho el más grande, un gesto insuperable por nada y por nadie.

Pero no, Messi nos dice que el quiere quedarse cobrando un pastón, que quiere seguir querer cobrar como el que más.

Ahora no me quiero ir

Ahora no me quiero ir

Como si de un niño pequeño se tratase Messi lloraba diciendo que este año no, que este año no quería marcharse, que eso fue el año pasado, momento en el cual estaba totalmente convencido de que quería marcharse del club de su vida.

Los motivos… quizá porque Koeman no era de su agrado, quizá porque no lo veneraba tanto como el necesita ser venerado, quizá porque no le daban la pasta o el incremento de pasta al que él, el astro argentino, se querría merecedor. Leo Messi ignoraba o quería ignorar que el club y la salud económica estaba por los suelos.

La pandemia tuvo que extenderse durante mucho tiempo para que el delantero viese la realidad, los campos vacíos, los fichajes flojos, las rutilantes estrellas que se vinculaban al Barça para nunca poder ser fichadas.

Algo hizo clic en el argentino a quien a principio de la temporada 2020 2021 vimos arrastrarse con el campo como el chaval que no quiero jugar, que ya no se divierte, pero quizá fueron los lejanos efluvios de una posible nueva Champions, un trofeo de los pocos que Leo quiere repetir, para que volviese de alguna manera el Messi de siempre, aunque si lo analizamos volvió quizá al 70 o 75%.

Messi ya no es el que era. Será la edad, será el estudio que realizan técnicos y rivales defensores sobre él, pero ya no despunta y deslumbra como años atrás, ahora parece que los Mbappé, Haaland y otros quieren tomarle el testigo.

Messi ahora no se quiere ir.

La larga marcha de Messi

Ya se que en su situación la vida pueda antojarse increíblemente dura, y un cuerno! El club lleva 21 años pagándole su carreras deportiva, cifras astronómicas, indecentes, concesiones miles, cierto es que el argentino ha dado innumerables títulos al club y un reconocimiento fuera de las fronteras, pero no las ha dado él solo.

Es tanto y tanto y otra vez tanto lo que se le a tribuye a Leo en referencia al éxito del Barça que parece que nos olvidamos de otros tantos que han contribuido a crear la grandeza del Barça incluso más que él, anteriormente o a su lado.

Me refiero a futbolistas que lo han dado todo, y que no han traicionado o intentado traicionar al club, o al menos no lo han hecho de una forma tan y tan visible como ha sido la de Leo.

En este punto podría hablar de Ronaldinho, quien consiguió que por varias veces el público del Real Madrid se alzase de sus asientos para aplaudir el talento de ese genial jugador, para mi, el mejor que he visto bajo la camiseta blaugrana, y al que le siguen otros como Cruyff, Puyol, Xavi, Iniesta, Ronaldo, Maradona, Romario, Alves, Rivaldo y una larga lista.

Alguien que ama al club alguien que quiere quedarse en esta ciudad, digo yo, que desde los 11 años podría haberse esforzado en aprender algo de aquí, y no hablo exclusivamente del idioma, que también, si no de su círculo, de sus amistades.

Los hombres también lloran

Los hombres también lloran

A mi esto del lloro de un multimillonario porque le despiden de un trabajo que no necesita para irse a otro a cobrar todavía incluso más, me irrita.

No se si será porque me parece adivinar ciertas lágrimas de cocodrilo en su lloriqueo o por lo escandaloso de la situación.

Y es que las lágrimas vistas en su despedida en pequeño comité en una sala blaugrana son lágrimas dulces. No se si quizá por lo blando de las preguntas de la prensa amiga, probablemente pactadas con el astro previamente o dictadas por el argentino o incluso por los jefes de Laporta, quienes posiblemente han inventado toda esta trama, no lo se, pero algo me chirriaba en aquella sala.

Quizá y vuelvo a lo mismo, me obnubila el pensamiento la insultante pasta que el astro argentino ha sabido cosechar, aunque si tenemos presente su deuda con el fisco español, no sólo parece habérsela sabido ganar sino que también de alguna forma la ha sabido mangar, ya se que para muchos serán sus asesores económicos los malos de la película, ejem.

Tras esos llantos de leyenda, yo que amo el futbol sobre todas las cosas, no he sentido pena ni compasión alguna, en todo caso desprecio por lo patético de la situación.

Más aún cuando Leo insistía en varias veces que el lo que quería, lo que le importaba era la fama, despedirse entre vítores y gente coreando su nombre, la ovación en su despedida, el celebrar sus goles nuevamente sin los estadios vacíos, algo que parece bonito, aunque quedaba amortiguado por el narcisismo que resonaba en mis oídos.

La humildad lo hace grande

Podría parecer que este artículo es una crítica desaforada contra un jugador, Leo Messi, que ha traicionado de alguna forma al club que le vio crecer, que en su persona no hay visos de buena gente. Pero eso sería mentir.

Leo Messi es grande y esta despedida no debe empañar lo que ha hecho y el como, sea en el Fútbol Club Barcelona, en su selección nacional o en sus palabras.

Su humildad ha sido siempre un ejemplo, aunque no se si más porque no era apto para desplegar una chulería como la de algunos de sus rivales, pero desde luego su comportamiento es digno de elogio.

A ningún padre le debería importar, incluso de equipos rivales, que Leo Messi se convirtiese en el ídolo de sus hijo e hijas. El astro es comedido en sus palabras, es respetuoso en el campo y exhibe un juego elegante.

La era Post-Messi

Koeman, ahora es tu momento, aunque quizá todavía te quedaría pasar bien el paño, el mocho, el roomba o incluso la lija por el pavimento del club, hay que limpiar a fondo, de lo contrario serán todavía muchos los años sin gloria.

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