Resulta increíble comprobar cómo hoy en día, en pleno siglo XXI, se sigue jugando a este antiguo juego de mesa tan conocido por todos como el parchís.
Con lo cual, respondiendo a la pregunta que se formula en el encabezado de este artículo, debemos afirmar rotundamente que el parchís, en absoluto, está pasado de moda, sino que sigue estando vigente de forma contundente en nuestra actualidad. Sí, sí, a pesar de la gran difusión tecnológica que acapara cualquier ámbito de nuestra vida.
Aunque cueste creerlo el parchís es de ese tipo de juegos que “engancha” a cualquier generación, por muy antiguo que sea. Quizá la fórmula se encuentra en su simplicidad, en el tipo de componentes que lo forman, y que como mínimo sólo se necesitan dos jugadores para iniciar la partida.
Si todavía no conoces el parchís (que ya sería raro, pero…), o si lo conoces y quieres saber un poco más sobre su historia y cómo funciona, te aconsejo que sigas leyéndome, y de esa forma quizá descubras algo nuevo que te pueda interesar.
Breve historia del Parchís
Parece ser que el parchís es un juego que posee muchos años de antigüedad, se calcula que ya se jugaba a él desde el siglo XVI. Su origen procede de la India, aunque también se han encontrado variantes del parchís en otras partes del mundo.
La forma en la que se jugaba a este divertido juego era sobre un paño de tela en forma de cruz que se colocaba en una mesa o encima del suelo, sobre el que se lanzaban unos caparazones de molusco (también llamados cauri), a modo de dados.
Aunque nosotros lo conozcamos con el nombre de Parchís, también posee otros nombres como son: Parchesi, Parchisi o Pachisi. Pero en realidad, Parchís procede del término hindú “pacis”, que significa veinticinco, porque era la puntuación más alta que se podía alcanzar con los caparazones de molusco.
Este juego era (y sigue siendo) tremendamente popular, con lo que todo el mundo tenía acceso a él y podían divertirse independientemente de la clase social de pertenencia. No obstante, existe una historia bastante peculiar que cuenta la forma cómo jugaba un antiguo emperador hindú llamado Akbar I.
Akbar I, fue un emperador hindú que perteneció al Imperio Mongol del siglo XVI. La leyenda cuenta que este emperador jugaba al parchís en unos grandes tableros que hacía construir en los patios de su palacio. El emperador se sentaba en su trono en el centro del tablero y hacía mover a sus concubinas (las amantes del emperador) a modo de fichas entre las diferentes casillas del juego. Aún se pueden encontrar restos de estos tableros en las ciudades indias de Agra u Allahabad.
¿Cómo se juega al parchís?
A continuación explicaremos las reglas básicas de funcionamiento. Debemos tener en cuenta que este juego hace muchos años que está en vigor, y ha ido evolucionando con algunas variantes, aunque lo que aquí explicaremos serán las reglas básicas para que cualquiera de nosotros pueda iniciarse en el parchís tranquilamente, o recordar la forma de jugarlo para aquellos que hace tiempo que perdieron la práctica.
Lo primero que se necesita son los materiales: tablero, dados, las fichas de cada color y los cubiletes correspondientes a cada color (azul, amarillo, rojo y verde).
Pueden participar entre 2 y 4 jugadores.
Inicio de partida
- Cada jugador debe seleccionar un color, y empezará la partida aquél que haya extraído la puntuación más alta. Al inicio del juego debemos tener todas las fichas en la casa correspondiente de cada jugador.
- Avanzamos que la finalidad del juego consiste en conseguir meter todas las fichas de cada jugador en la meta. Cada jugador con su color correspondiente, y el que llegue primero es obvio que será el ganador.
- Dicho esto, cada jugador tirará por turno. Si el jugador consigue obtener la puntuación de 6, entonces podrá tirar de nuevo el dado y mover su ficha en dirección a la meta. Es importante tener en cuenta que las fichas se mueven en sentido contrario de un reloj.
- Cuando un jugador se encuentre con una barrera – esto significa que la casilla por donde tiene que pasar está ocupada por 2 fichas más- no podrá seguir hasta que se libere la casilla, es decir, hasta que uno de los jugadores anteriores haya movido ficha.
- Cuando en una jugada un jugador se “come” la ficha de otro, significa que la puntuación que ha obtenido da como resultado guiar su ficha a la casilla donde está la ficha de otro jugador. Entonces, esa ficha “comida” regresa a la casa del jugador contrario, y éste deberá empezar de nuevo a jugar. Mientras tanto, el otro jugador gana 20 puntos, con los que podrá mover su ficha (esa o cualquier otra) para seguir avanzando en el juego.
- Y por último como hemos avanzado antes, ganará aquel jugador que consiga meter sus 4 fichas en la meta final. Es importante saber que cuando se está en esta última parte del juego, cuando las fichas están en el pasillo que conduce directamente a la meta, sólo podrá introducirse la ficha en la meta si la puntuación obtenida por el dado es exacta. Si no se obtiene la puntuación justa se tendrá que ir intentando hasta que se consiga.
Y esto es todo chic@s! En términos generales es así como funciona la dinámica de este juego. De hecho tiene una reglamentación sencilla de seguir, y aunque penséis que es muy simple, la verdad es que te acaba enganchando. Más que un juego de estrategia (que también), es un juego de azar que acaba resultando muy divertido.
Así que si tenéis ganas de probarlo o de retomarlo después de mucho tiempo, no dejéis de miraros las opciones que os hemos presentado, y escoger el que más os guste.