Si tienes un portátil Omen probablemente te pase como a mi, conforme llega el verano es inevitable escuchar el ruido de ventilación, es lo que tiene tener un equipo gaming en un espacio tan reducido que limita la aireación, propio de todos los portátiles.
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Sin embargo ese ruido excesivo puede estar presente incluso con tareas normales de navegación y ofimática, algo que puede llegar a molestar a oídos sensibles.
¿Mucho ruido sin estresar el PC?
Muchas veces el exceso de ruido de ventilación no es únicamente debido a la combinación del calor veraniego y/o aplicaciones de alto rendimiento, si no que se debe a una mala configuración del software que controla la refrigeración del portátil.
En este artículo lo que vamos a dar son unos tips que pueden más o menos adaptarse a tu portátil si este dispone de un software como el de los Omen, casi todos los equipos gaming disponen de uno de ellos, y que permiten ajustar parámetros de refrigeración y rendimiento para diferentes escenarios.
Temperaturas normales y anormales
Pongamos que con unas temperaturas inferiores a 80 grados a tu portátil nunca le va a pasar nada en lo estrictamente térmico, la mayoría de sus componentes están preparados para aguantar temperaturas que incluso superen algo los 100 grados.
El problema puede venir si siempre estamos en esos 100 grados de temperatura de forma mantenida, cuando es puntual durante un periódo que se cuenta en minutos y en horas, no es problema, pues la refrigeración se encargará de mantenerlo a esos 100 grados.
Por encima o en esos 100 y de forma mantenida, tendremos una mayor degradación de las pastas térmicas, de los rodamientos de los ventiladores al estar girando durante más tiempo a mayor velocidad, lo que produce roce, desgaste y fallo prematura.
También existen parámetros que dejan de funcionar todo lo bien que deberían como la propia conductividad eléctrica lo que puede hacer que se produzcan cuelges.
Temperatura y ventilación en equilibrio
Vale que esos 100 grados teóricos implica que los ventiladores giren a gran velocidad, pero eso sólo será mantenido en el tiempo en el caso de que estés jugando, ya que si es un proceso el que eleva la temperatura este acabará en más o menos poco tiempo, por ejemplo una exportación de un vídeo a lo sumo puede conllevar 10 o 20 minutos, al igual que una recompresión de una película o un renderizado 3D.
Es jugando donde sometemos a la GPU a un trabajo continuado por más de 30 minutos, a veces incluso un par de horas, lo que hará que la gráfica aporte su calor al conjunto del equipo y claro, la suma de ambos, CPU y GPU pues puede llegar a hacerse notar en un incremento de las RPM.
Sabiendo esto podemos establecer un plan para que dichos ventiladores incrementen su velocidad de giro, y con ello su capacidad de extracción de calor del propio portátil.
Soft de control de rendimiento/refrigeración
Sobre este software de control, en mi equipo se denomina Omen Gaming Hub, qué decir que es demasiado ostentoso y con muchas funcionalidades que ni pedimos ni deseamos, como la posibilidad de comprar juegos desde dicha app, la galería, con el control de rendimiento y el light studio para sacar algo de provecho a la iluminación del teclado para mi sería suficiente, el resto me sobra.
Además dentro del denominado «Control de rendimiento» si lo dejas por defecto, con la automatización activada, en mi equipo el resultado es maloo, pues fácilmente escucho los ventiladores girando a altas velocidades sin necesidad de ello.
Configurado a mano puedo incluso estar dando caña al PC con IA generativa y que la temperatura esté bajo control cuando en el termómetro del despacho ya se asoman los 25 grados, eso a finales del mes de mayo.
Sin darle caña fácilmente tendré la CPU entre unos cómodos 62 y 68 grados, la GPU a 49-52 grados mientras que el equipo está usando la CPU entre el 4 y el 8%
Claro que también se puede ayudar a la ventilación de una forma pasiva, en mi caso tengo el portátil elevado a casi un palmo de la mesa con un stand de aluminio donde se asienta el portátil en un recuadro, quedando la rejilla inferior prácticamente abierta, la tobera lateral de salida del aire la tengo libre, es decir, no tiene nada enfrente en tres o cuatro metros de forma que el aire caliente se aleja.
También influye el tener la pantalla levantada, pero apagada, trabajando únicamente con la pantalla externa, al igual que la iluminación del teclado pues utilizo un monitor, teclado y ratón externos.
Modos de rendimiento
Mi configuración de rendimiento la realizo desde este software ya que el control de modo de rendimiento de Windows queda desactivado y me remite a este.
La configuración es la siguiente, normalmente trabajo en el modo Equilibrado con la casilla de cambiar al Modo ECO de forma automática marcada.
Modo de refrigeración
En cuanto a la ventilación, refrigeración o control térmico del equipo, como quieras llamarlo, y ahí es donde está el secreto que me permite dejar descansar a mis oídos, sensibles a los ruidos de ventilación, la tengo en manual, con una curva de potencia que he ido ajustando a lo largo de semanas hasta conseguir que sólo me moleste cuando realmente le exijo a la CPU.
La mayoría del tiempo, durante las horas de trabajo, es decir, mientras no juego utilizo una curva de ventilador dinámica en referencia a la temperatura de la CPU, al jugar la cambio a otra diferente en relación a la GPU.
En la gráfica cuadriculada gris con la línea punteada azul, esta línea nos indica la velocidad de giro máxima que queremos en el ventilador a cada rango de temperatura.
Los rangos son cada cuadrito horizontal del fondo, conforme avanza a la derecha un cuadradito representa 5 grados, y las RPM indican la capacidad de giro en tanto por ciento, en RPM la parte inferior de la gráfica serían unos 2000 RPM y la superior unos 4900 RPM.
Así que tenemos que entre los 50 y los 55 hago girar el ventilador al 40% de su velocidad máxima, incrementado al 50% en el momento que se superan los 66 grados pero manteniendo esa velocidad de firo hasta los 70 grados, para luego subir hasta el 60 e ir incrementando hasta poco más del 60% cuando se acerca a los 100 grados de temperaturas.
De esta forma, créeme, el equipo no me estresa los oídos cuando trabajo y por ende no estoy jugando, al jugar pues bueno, es normal tener más ruido de ventilación, ruido que es amortiguado con los sonidos del videojuego.
Otra opción cuando juegas a diario con el portátil además de trabajar, implicaría subir y mucho la velocidad del ventilador con una curva de ventilador dinámica referenciada a la GPU que es el elemento que alcanza mayor temperatura durante las sesiones de juego.
A continuación te dejo el gráfico que estoy utilizando para cuando tengo más tiempo para el ocio y juego con el portátil: