Portada » Tecnología » Prueba del Linux Mint

Prueba del Linux Mint

image 101

Linux Mint es un sistema operativo para ordenadores, Linux Mint es de los sistemas operativos de código abierto, es decir, que no cuestan dinero y están realizados en base a las contribuciones de muchos desarrolladores y mecenas.

Minimalista y elegante

A nivel técnico podríamos decir que Linux Mint es lo que se conoce como una distribución de Linux, también llamada coloquialmente una distro.

Los programas de Linux Mint

En cuanto a programas, tal y como lo instalamos ya viene con lo más habitual, programa de navegación con el Firefox, gestor de correo electrónico, suite ofimática LibreOffice.

Todo ello viene muy bien ordenado en diferentes secciones temáticas de su lanzador de aplicaciones. Gracias a esta fórmula cualquier usuario nuevo de Linux Mint se sentirá rápidamente cómodo.

Esta ordenación por categorías sucede de forma automática, tras instalar un programa Linux Mint se encarga de clasificar dicho programa en uno de los grupos de ordenación por si solo, aunque también se puede hacer de forma manual.

La aplicación de captura de pantallas es otras de esas aplicaciones de sistema de la que bien podrían aprender en Microsoft, el efecto de sombra que permite aplicar o no a las capturas es sumamente elegante y los bordes redondeados son perfectos, no como en Windows 11 donde se aprecia unos desagradables dientes de sierra. Quizá esto puede resultar algo tiquismiquis, pero créeme que para un blogger la aplicación de captura de pantalla es la vida.

Por temas laborales utilizo bastante el archivo en la nube mediante OneDrive, mi sorpresa fue descubrí que Linux Mint tiene soporte para onedrive, aunque no de una forma directa, hay que trastear, un poquito con la línea de comandos.

Una distribución es un conjunto de utilidades básicas para conformar un sistema operativo, en este caso basado en un núcleo, el núcleo de Linux, también denominado Kernel de Linux.

A diferencia de las distribuciones principales, que son Debian, CentOS, Red Hat, Suse, Linux Mint deriba de una una distribución no principal, concretamente de Ubuntu, la que a su vez si que deriva de una de las principales, como es Debian.

¿Es por tanto Linux Mint igual que Ubuntu o Debian?

En lo estrictamente técnico sí, pero en lo visual, en lo que toca y ve el usuario no, cada distribución toma un camino. Aunque sería ilógico renunciar a ver bastantes similitudes entre Ubuntu y Mint, particularmente me gusta mucho más Mint.

En lo personal estuve trabajando durante mucho tiempo con Ubuntu tanto como herramienta principal de escritorio como en servidores, incluso ahora sigo trabajando estrechamente con él, pero sólo a nivel de servidores, es decir por línea de comando y sin interfaz gráfica.

El motivo por el que me alejé de Ubuntu como sistema operativo de escritorio fue más estético que otra cosa.

Me explico, creo que a partir de las versiones superiores a la 12, vamos actualmente por la 20, Ubuntu realizó unos cambios a nivel de escritorio que no me convencieron nada, ojo, a muchos les puede gustar pero a mi en lo personal no me agradaba enfrentarme a diario con ese sistema operativo en mi ordenador de trabajo principal, tanto es así que volví a Windows y ahí permanezco desde entonces.

Claro, que como buen informático me gusta de tanto en tanto probar cosas, y por eso muy ocasionalmente o bien virtualizo Ubuntu o lo instalo en algún ordenador viejo.

No hace mucho recibí un portátil para pruebas, un Dell G15 que venía con la últim versión de Ubuntu, anduve trasteando durante unas horas, pero tras comprobar que la evolución gráfica de la interfaz de Ubuntu continuaba por unos derroteros que en lo personal, aunque reconozco cierta mejora, no me acaba de convencer, instalé Windows para completar la prueba.

Sin embargo, y desde hace dos días, por unas necesidades concretas fuera de guión, me planteé instalar una distro de Ubuntu en un viejo portátil, y esta vez me decidí por Linux Mint.

Hará como unos cuatro años que un conocido me habló muy bien sobre esta distro, que si era lo que debería ser Ubuntu, que si rendía, que si tal que si cual. Lo ignoré, error mío.

Escribo este artículo desde mi viejo portátil con Linux Mint, al que le flaquea ya el hardware por los cuatro costados, hablo de un Intel Celeron N2930 de cuatro núcleos y con escasos 4 Gb de RAM y eso sí, un disco SSD de 256 Gb.

Antes de Linux Mint, lo he tenido con windows 11, previo Windows 10, claro que para ello tuve que saltar las limitaciones de Windows 11 que impedían instalarlo en este PC.

El equipo rendía justito bajo W11 pero más o menos bien, a excepción del trackpad que no lo detectaba y por ende debía ir siempre con un ratón conectado a él, total que lo tenía muerto, y decidí probar, por fin Linux Mint.

¿Que tal está Linux Mint?

Pues me está sorprendiendo muy gratamente, tiene un poderoso sabor a menta que me convence.

Y lo hace hasta tal punto que te la recomendaría si no dispones de una licencia de Windows 11 y quieres darle una segunda vida a tu viejo equipo.

Lo más destable de este sistema es que es agradable a la vista, muy configurable y que encuentras prácticamente la totalidad de los programas que puedas llegar a necesitar gratis, obviamente no tendrás ni juegos triple A gratis ni aplicaciones comerciales como Adobe Photoshop y similares, pero esto realmente tanto da, existen alternativas gratuitas de código abierto en Linux que funcionan igual o casi igual de bien, es cuestión de abrir la mente y acostumbrarse al cambio.

Voy a comenzar por lo que falla, ya que el resto me está agradando y mucho.

Lo que no me gusta de Linux Mint

El rendimiento de esta distro desde luego que no es para tirar cohetes, claro que podría estar más que justificado un rendimiento escaso en 2022 con un portátil que ya era justo en su momento de salida, hablo de hará cuestión de 10 años si no más.

Pero quizá esto queda por tierra cuando constato que Windows 11 sacaba más partido de este mismo hardware.

Por ejemplo, bajo el navegador Microsoft Edge, desde donde estoy conectado a tiroriro.com con credenciales de editor de artículos y estoy creando este artículo notaba un acusado lag entre mis pulsaciones y que el texto que escribo aparezca en pantalla.

Actualizo este párrafo para especificar que transcurridas unas horas de uso dicho lag se ha reducido considerablemente es como si el sistema todavía hubiese estado trabajando durante las primeras horas con archivos y configuraciones y ahora parece que todo fluye más.

Lo siguiente que no me acaba de convencer ese el sistema de Gestión de Software, ya que el mismo es algo limitado en cuanto a programas «comerciales»

Por ejemplo, programas como los navegadores Google Chrome, Microsoft Edge y Opera no los tiene listados y los he tenido que descargar desde a web correspondiente a cada uno de ellos bajo el formato de paquetes .deb, es decir de Debian. Esto es algo que a los más novatos en Linux les podría frenar, no encontrar su software habitual en una plataforma suele ser motivo suficiente para dar el portazo a un s.o.

Tras las primeras horas de uso constaté un cuelgue total del sistema de esos que todo queda congelado, no responde el touchpad ni el teclado, incluida la tecla mayúsculas y debes forzar un apagado a lo bruto.

Ya está, ahí se acaban los problemas de esta distro de Linux Mint.

Cosas que me gustan de Linux Mint

El lanzador, tremendamente configurable a tu antojo, así deberían ser todos los launchers. Puedes colocar la barra en cualquier de los laterales, arriba o abajo, que los iconos estén centrados o no, que el botón de escritorio esté con ellos o separado a la izquierda.

Podrás modificar el tamaño de la barra, de los iconos, e incluso sustituir el icono de Linux Mint que viene a ser como el icono de Windows, el que abre todas las aplicaciones, por el que tu quieras.

En ese punto quiero decir que el icono de Linux Mint aplicado como lanzador, es feo, lo intentan hacer gracioso pero es estéticamente un bodrio, deberían recurrir a un simple icono, hay no hay espacio para la ese «lm» abreviación de Linux Mint.

En cambio el icono que queda en el escritorio por defecto, así con mayor tamaño y esa perspectiva 3D pues sin ser una maravilla si que queda resultón.

Instalación de Linux Mint

El proceso de instalación de esta distribución de Linux es sumamente sencillo, te descargas una ISO con otro Pc, como por ejemplo un Windows y utilizas un programas como Rufus para grabar un pendrive con dicho sistema, en mi caso he utilizado un adaptador de USB al que he insertado una vieja tarjeta microSd de 4Gb, creo que los paquetes ocupan 2 o algo más de 2Gb.

Accedes a la BIOS de tu viejo Pc donde quieres instalar Linux Mint, cambias el orden de inicio para que este se inicie desde USB, grabas los cambios y unos instantes arrancará Linux Mint desde el USB, desde allí lo podrás probar, eso sí, a la velocidad de la memoria microSD, que es poca.

En el mismo escritorio encontrarás una opción para instalar Linux Mint en ese ordenador, si pulsas sobre él te hará unas preguntas y comenzará la instalación.

En mi caso he tenido 0 problemas, se ha instalado correctamente, ha reiniciado ha reconocido todo el hardware, incluida el adaptador wifi y bluetooth interno, el sonido, la resolución de pantalla, todo.

Los ajustes de Linux Mint

Los ajustes a nivel de la interfaz gráfica que permite Linux Mint son bárbaros, permite adaptar el sistema operativo a tu gusto hasta detalles insospechados para alguien que llega desde Windows.

La gráfica empleada, sin ser sublime es muy acertada, reina el minimalismo, algo que considero positivo en los tiempos que corren donde precisamos focalizar nuestra atención en lo que pretendemos a hacer y no tanto en el entorno.

El lanzador de aplicaciones está genial

En este sentido cabe decir que me resulta un menú mucho mejor pensado que el del propio Windows 11.

Una de las cosas que aprecio en todo sistema operativo es el navegador de archivos, y aquí Linux Mint, pone el listón muy alto.

Tiene un diseño muy pero que muy cuidado, su gráfica es muy elegante muy minimalista.

Además como todo linux soporta pestañas, algo que en windows llevamos pidiendo a gritos desde hace no menos de 10 años y que Microsoft parece que ahora 12 años después podría, todavía no es seguro, incorporar de una vez por todas a W11.

Elegante diseño de pantalla del modo oscuro

Por supuesto Linux Mint tiene modo oscuro y modo claro, si bien su configuración no es tan directa como en otros sistemas operativos

Un tema claro

De serie, sin modificaciones y hacks también dispone de las funciones para establecer las esquinas activas:

Configuración de esquinas activas

Esto de las esquinas activas para mi es algo también indispensable desde que lo experimenté a fondo en mis tiempo con sistema operativo Mac como mi sistema de uso diario.

Es un sistema mediante el cual con sólo acercar el ratón a una de las cuatro esquinas del monitor te ofrece una vista de todo lo que tienes abierto, de otros escritorios virtuales o del propio escritorio principal.

Las esquinas activas de Linux Mint

Los programas de Linux Mint

En cuanto a programas, tal y como lo instalamos ya viene con lo más habitual, programa de navegación con el Firefox, gestor de correo electrónico, suite ofimática LibreOffice.

Todo ello viene muy bien ordenado en diferentes secciones temáticas de su lanzador de aplicaciones. Gracias a esta fórmula cualquier usuario nuevo de Linux Mint se sentirá rápidamente cómodo.

Esta ordenación por categorías sucede de forma automática, tras instalar un programa Linux Mint se encarga de clasificar dicho programa en uno de los grupos de ordenación por si solo, aunque también se puede hacer de forma manual.

Encontrar aplicaciones para desarrollo es siempre una delicia en Linux, tienes prácticamente de todo, desde Visual Code a Sublime Text, Android Studio.

A nivel de desarrollo gráfico tienes el incombustible GiMP, pero también el más moderno Krita y en cuanto a 3D, no podía faltar Blender.

Creo que la ausencia de determinadas aplicaciones ya no es una excusa válida como para no probar Linux en 2022.

La aplicación de captura de pantallas es otras de esas aplicaciones de sistema de la que bien podrían aprender en Microsoft, el efecto de sombra que permite aplicar o no a las capturas es sumamente elegante y los bordes redondeados son perfectos, no como en Windows 11 donde se aprecia unos desagradables dientes de sierra. Quizá esto puede resultar algo tiquismiquis, pero créeme que para un blogger la aplicación de captura de pantalla es la vida.

Por temas laborales utilizo bastante el archivo en la nube mediante OneDrive, mi sorpresa fue descubrí que Linux Mint tiene soporte para onedrive, aunque no de una forma directa, hay que trastear, un poquito con la línea de comandos.

Scroll al inicio