Hoy os queremos explicar qué queremos decir exactamente cuando hablamos sobre la Filosofía del Martillo de Nietzsche. Queremos hablaros sobre el significado y la interpretación de este amplio concepto nietzscheano, el cual abarca muchas cosas, tal y como comprobaréis más adelante.
Índice de este artículo
Recordaros que Nietzsche está considerado como uno de los grandes filósofos de la historia occidental.
Friedrich Wilhem Nietzsche nació en 1844 en Alemania, concretamente en la ciudad de Röcken (Sajonia). Hijo y nieto de pastores luteranos estaba destinado a seguir los pasos familiares, no obstante su destino fue otro. Cuando tuvo edad de estudiar inició sus estudios en teología, pero decidió cambiar de opinión y finalmente estudió filología clásica, hecho que no agradó en absoluto a su familia.
Estando en Basilea recibió influencias de grandes personajes académicos como el historiador Jacob Burckhardt, el teólogo Franz Overbeck y el gran compositor musical Richard Wagner. Sin embargo, la gran influencia que marcó sus inicios filosóficos fue de manos de su maestro y, reconocido filósofo, Arthur Shopenhauer.
No obstante, pasados unos años y después de un bagaje vivencial intenso en cuanto a planteamientos filosóficos, Nietzsche acabó renegando tanto de su profesor, Shopenhauer, como del que fue su gran amigo, Richard Wagner.
A continuación os explicaremos en qué consiste la crítica realizada a través de la filosofía del martillo, y en otra ocasión nos extenderemos con muchos más detalles de la vida de este gran filósofo, además de indagar en muchísimos otros conceptos filosóficos que este gran autor tuvo el honor de legarnos.
Nietzsche: Filosofía del Martillo
La Filosofía del Martillo es la crítica que Nietzsche realiza contra la filosofía Occidental, la moral y la religión.
Nietzsche considera que el filósofo tiene como deber construir nuevos valores, por ese motivo debe destruir con el martillo la filosofía tradicional y, con ella cualquier atisbo de nihilismo.
Filosofar a golpe de martillo significa que la filosofía debe verse no como una teoría sino como una acción que libere la vida en su totalidad. El martillo sirve para destruir cualquier ilusión de trascendencia; dicho en otras palabras, la transvaloración, la superación de los valores antiguos, consiste en afirmar nuevos valores inmanentes a la vida misma.
Nietzsche consideraba la moral y la filosofía tradicional como teorías dogmáticas y perniciosas para el ser humano. Según Nietzsche los responsables que la filosofía occidental tuviera tan mala salud se debía a figuras del pensamiento como Sócrates o Platón. Para él, estos filósofos eran los culpables del inicio de la decadencia de la filosofía occidental.
Sócrates fue el culpable de separar los dos valores de la antigüedad: el dionisiaco y el apolíneo. Por ese motivo Nietzsche pensaba que con la aparición de Sócrates se iniciaba la decadencia de la cultura occidental.
Sócrates fue el padre de la moral entendida como represión de los instintos vitales. Prefería morir y negar la vida, con tal que sus ideas vivieran eternamente. Nietzsche consideraba que fue este acto socrático el que inició el combate entre la razón y la vida. Del mismo modo y en prosiguiendo con esta línea argumental, Nietzsche también culpabilizaba a Platón, fiel discípulo de Sócrates, porque continuaba con las enseñanzas del maestro creando una teoría filosófica donde la virtud del mundo sensible (en donde el ser humano vive), debe estar subordinada a un mundo inteligible donde las ideas habiten como entes reales.
Según Platón, el mundo inteligible es el mejor y más real de todos, es el que el hombre debe aspirar para conseguir la felicidad. El mundo terrenal es solo una copia del mundo suprasensible. Nietzsche calificaba a esta teoría y sobre todo a Platón, como nihilistas, porque subordinaban la vida terrenal al mundo de las ideas platónicas, negando toda la parte dionisíaca y apolínea del ser humano.
Nietzsche estaba enamorado de la Grecia pre-socrática, su contemporaneidad le desilusionaba sobremanera, añorando (aunque no había tenido experiencia de ella) la época antigua donde Apolo y Dionisio compartían protagonismo por igual. Nietzsche consideraba Grecia como un símbolo y pensaba que la tradición griega siempre tendría un valor sobrehumano porque representaba aquel momento donde el ser humano vivía en armonía.
¿Quiénes eran Apolo y Dionisio?
Y, ¿quiénes eran Apolo y Dionisio? O, mejor dicho, ¿qué representaban Apolo y Dionisio?
Estos dos dioses, Apolo y Dionisio, eran vistos como dos figuras o representaciones que simbolizaban las formas de entender al ser humano.
Desde la representación simbólica podemos definir a Apolo como el dios del orden, del sentido común y de la prudencia. Era una divinidad de señores que se impuso sobre los antiguos cultos terrestres. Apolo conquistó Delfos después de matar la serpiente Pitón, símbolo claramente terrestre. En cambio, Dionisio, hijo de Gea, representaba la divinidad del juego, la fiesta, el vino y la representación teatral. Dionisio se caracterizaba por ser un dios músico, exuberante y frenético. Como dios terrestre, Dionisio es una expresión del olvido de sí mismo, de la fusión con la naturaleza y con el éxtasis.
Nietzsche consideraba que con el advenimiento de la modernidad (de su época) se había perdido el aspecto de representación y de juego que imperaba en la Grecia antigua. Para Nietzsche los griegos eran superiores porque sabían integrar los dos aspectos de la personalidad humana: Dionisio y Apolo.
La Filosofía del Martillo y el Cristianismo
La filosofía del martillo no solo atacaba a la filosofía occidental, la que nació con Sócrates y Platón, sino que también arremetía contra el Cristianismo. Considera a éste último como el falso modelo de la moral de los esclavos.
El cristianismo considera que todos nosotros somos pecadores. Predica la sumisión, la aceptación del dolor y el sacrificio. Para Nietzsche el cristianismo está considerado como el “platonismo para el pueblo”. Nietzsche lo interpreta de la siguiente manera: el cielo cristiano sería algo así como el mundo platónico de las ideas, pero desvirtuado. Es decir, para entrar en el mundo de las ideas el ser humano tenía que perfeccionar su alma, esta condición se lograba con una buena instrucción, patrimonio exclusivo, casi, de los aristócratas o gente “pudiente”. En cambio, para entrar en el cielo cristiano, los requisitos necesarios y fundamentales consisten en llevar una vida resignada y de arrepentimiento. Por eso Nietzsche pensaba que el cristianismo era una ideología de consolación. El ser humano, incapaz de soportar la vida necesita de un dios que le haga soportable el acto de vivir. Nietzsche dice en uno de sus libros: “Dios es la mentira más duradera”.
Según Nietzsche el cristianismo es la religión anti-dionisíaca por excelencia, ya que son adoradores de la muerte y el dolor. Viven obsesionados por el pecado y la penitencia. Contra los que creen que la vida es dolor, reivindica la fuerza y el poder vital de Dionisio.
La religión occidental y, por ende la cristiana, es una religión que nace del miedo que el hombre tiene de sí mismo. Para Nietzsche la religión es un mecanismo de defensa que permite atribuir el destino humano a un ser poderoso como Dios. La religión menosprecia la vida humana y niega los instintos terrenales del ser humano.
Para Nietzsche la religión representa la alienación del hombre. El ser humano supedita su condición terrenal a una naturaleza divina.
La moral de los esclavos
En esta misma línea, Nietzsche realiza una fuerte crítica contra la moral. La moral de los esclavos, le llamará, la cual está asociada a la moral occidental. Dicha moral es antinatural ya que impone leyes e imperativos categóricos en contra de los instintos primordiales de la vida. El ideal de la moral tradicional es hacer que el hombre sea bueno, modesto y bienintencionado, lo cual lo convierte en un esclavo de estas virtudes ficticias.
Según Nietzsche, la moral de los esclavos defiende el altruismo como forma suprema de comportamiento. Esta moral menosprecia los valores de la vida, es una moral que considera que las acciones más elevadas no pueden ser obra de los hombres, sino de un ser perfecto, de Dios; por ese motivo se sitúa al hombre entre las cosas vulgares y débiles.
La culpa y el sacrificio son los valores que asume la moral de los esclavos. Nietzsche no acepta esta consecuencia, considera que la moral tradicional es una moral ficticia y propia de personas débiles. Ésta no puede ser una buena moral, sino todo lo contrario, por ese motivo, para Nietzsche, este tipo de moral se convierte inmediatamente en inmoral, porque rechaza los instintos vitales y terrenales propios de la naturaleza humana.
Fin de la primera aproximación al martillo de Nietzsche
Bien, pues hasta aquí hemos intentado explicar qué cosa entendemos cuando se nos habla sobre la crítica que realiza la filosofía del martillo nietzscheana. No obstante, hay que añadir que esta crítica ataca a otros conceptos como son las ciencias positivas y la metafísica, Nietzsche no escatima críticas. Pero si os parece mejor lo dejamos para otro día y, de esa manera tendremos más historias que explicar sobre el concepto del “martillo” de Nietzsche.
Por cierto, comentaros que el contenido teórico expuesto en este artículo está extraído de algunos libros de Nietzsche y de fuentes como: alcoberro.info, pensament.com, más los conocimientos filosóficos propios adquiridos por el autor del mismo, es decir, yo “pispo”.