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Restaurantes en el Montseny: Can Mariano

Estamos en pleno mes de febrero, y por la ventana de la oficina hoy luce el sol, ayer también, anteayer igual y lo que se dice llover, llover llover, ya ni lo recuerdo.

Un postre delicioso y casero el pastel de chicharrones del Montseny
Pastel de chicharrones con moscatel

Así que un día como hoy, justo a principio o justo a mitad de la semana, con este sol reflejándose en las ventanas decides romper con el mundanal ruido de la ciudad, sacas el mapa, o mejor dicho, abres Google Maps en una pestaña de tu navegador y visualizas el territorio… a vista de pájaro y te dices… a ver…

Cerquita de mi ciudad, actualmente Barcelona, y de asequible alcance en coche o moto en digamos que un desplazamiento de una hora ¿qué tenemos?

¡El Montseny!

El bonito Montseny, pero al momento piensas, por la época del año en que estamos quizá el frío arrecie por esas zonas.. ¿y qué? Más razón aún para ir a visitar tan bonita zona, aunque estemos todavía en pleno mes de febrero parece que este año la primavera quiere adelantarse.

Observo en mi «maps» que por aquella zona tengo varios restaurantes marcados sobre el mapa, empiezo a recordarlos, en este ya he estado almorzando y estuvo bien, en este otro ummm, este también…

Total, que al final son varios los restaurantes que pueblan el Montseny y que me resultan apetecibles, pero… hoy queremos descubrir algo totalmente nuevo, así que…

¿te subes con nosotros? ¡arrancamos!

El Montseny en febrero

Foto con árboles sin hojas en la montaña del Montseny
El Montseny en invierno

El Montseny es bonito en cualquier estación del año, en invierno si ha nevado tiene el encanto de ser una montaña cercana a la ciudad pero con todo el sabor de la alta, altísima montaña. Un lugar y un momento donde la blanca nieve pinta un paisaje increíble.

En primavera su impresionante verdor te enamora, se percibe como esa vibrante naturaleza quiere tomar vida. Es quizá el mejor momento del año, sin desmerecer al resto para dejarse perder en una excursión por sus extensos y bellos parajes.

En verano encontrarás multitud de lugares al refugio del sol debido a sus frondosos y altos árboles donde intentar convivir mejor con las calurosas horas centrales del día, además si vas en moto su asfalto te ofrecerá un gran agarre que te invitará a trazar todas y cada una de su casi interminable sucesión de curvas.

En cambio en otoño sus extensos bosques de altos árboles antes vigorosos se tornan sombríos bajo un tinte melancólico donde hace aparición un gran manto de colores marrones y rojizos que no son más que hojas ya sin vida que inclusive puedes ver como caen, meciéndose lentamente de lado a lado. El tiempo en esta montaña se para, se extiende ante tus ojos.

Pero hoy estamos todavía en pleno invierno, en febrero y este es un mes en el que frío suele arreciar fuerte, sobre todo durante la primera quincena, luego, pasados esos primeros días de mes parece que quiere comenzar un lento despertar hacia la primavera, por este motivo me gusta tanto este mes, es como llegar al final del túnel y ver la luz, al menos así lo es para aquellos que como yo son animales solares, ávidos de playa y temperaturas por encima de los 20. El invierno aún con su encanto, por mi, más corto sería más bonito.

Si bien aún estando en invierno, en este año y mes de febrero concreto me parece a mi que ya llevamos varios días seguidos soleados, días de temperaturas muy agradables, diría que esto ya apunta a un inicio anticipado de la primavera, tanto es así que decidimos subir al Montseny en moto en lugar de en coche.

Y sobre moto y moteros te diré que aunque el día pinte muy bien y muy soleado es de buen amigo señalar que OjO al rodar con tu moto por estas montañas, todavía puedes encontrar hielo en algunas zonas. Y es que en las zonas más sombrías del Montseny, de impresionante belleza, te puedes encontrar humedades, e incluso no será difícil encontrar el temible hielo para aquellos que viajan en moto.

La presencia de este hielo es debido a que durante las noches y madrugadas de febrero todavía muchas veces la temperatura cae por debajo de esos 0 grados, una temperatura que necesita el agua para convertirse en hielo. Y aunque no nos halla llovido durante un tiempo sin embargo este agua corre a veces por la propia carretera descendiendo de las partes más altas, filtraciones o de ves a saber donde, pero ahí está.

Por este motivo es una buena idea no salir temprano, la temperatura asciende y mucho a partir de las 12:00H en estos días soleados de invierno, en poco más de tres horas pasas de unos 7 grados a unos mucho más cómodos 13 grados, con 7 el hielo aún puede estar presente, en proceso de descongelación, con 13 grados en cambio ya no encontrarás ni rastro.

El restaurante del Montseny Can Mariano

El letrero del restaurante Can Mariano en el Montseny
Restaurant Can Mariano en el Montseny

El restaurante Can Mariano se encuentra en la localidad de Riells, pasado Breda.

Posteriormente, tras comer, y como nosotros hicimos, puedes seguir carretera arriba llegando hasta una bonita iglesia de donde parte un sendero o pista de tierra hacia a algún lugar.

Sin mirar el mapa no hubiera llegado, pues no estaba indicado por letrero alguno, quizá es uno de esos senderos que te llevan tan sólo a las diferentes casas de pueblo, en este caso «casas de pagès» o «can» de los alrededores.

Si bien más tarde y ya de vuelta en la oficina pude comprobar que algo más abajo, a unos 25 metros partía otro camino en el que figura un letrero de «Prohibido el paso, solo vecinos y servicios» que te lleva hasta la población de Santa Fe por esa pista forestal que cuenta con unos 10 kilómetros de recorrido.

Volviendo al restaurante propiamente dicho comentar que disfruta de un enclave muy agradable, algo alejado del pueblo, por lo que a menos que quieras andar desde el centro de Breda deberás coger el coche.

Hablando de vehículo, cuenta con un aparcamiento donde podrán aparcar suficientes coches como para llenar el local.

Can Mariano del Montseny te recibe con una terraza bastante grande, con mesas y sillas bajo un parasol de lona con el que se aseguran una buena sombra.

En esta terraza también cuenta con una pequeña estancia rodeada de paredes y cubierta con una mesa, justo al lado una bonita fuente, curiosa porque el grifo sale desde el interior de una puerta de madera y no desde la misma piedra.

Una vez ya en su interior, si recorres el local para por ejemplo ir al servicio, contarás hasta 3 comedores, el principal con bastantes mesas, es el primero que te encuentras al acceder, luego tienes un comedor intermedio con encanto pues hay una especie de horno de piedra, sin embargo este comedor cuenta con muy pocas mesas, ideal para un cumpleaños o una quedada de unos pocos, al final justo al lado de la cocina y el que te dará acceso a los lavabos tienes el tercer comedor, con unas 6 u 8 mesas.

La separación entre mesas es amplia, no comerás encima de la mesa del al lado y no tendrás como ruido de fondo la conversación de los comensales aledaños, un acierto que parece que últimamente se está perdiendo en pro de «meter una mesa más cueste lo que cueste».

Restaurantes de menú diario en el Montseny

Realmente no hay una gran oferta de menús diarios entre semana en la montaña del Montseny, o si los hay estos pueden sobrepasar los 16 euros por cabeza, a los que si añadimos café, pues fácilmente rozaremos los 20 euros, y este precio para mi y entre semana como concepto «menú» me resulta del todo excesivo.

Tanto es así que destaco el restaurante Can Mariano del Montseny, que visitamos en este artículo, pues si bien al principio pensaba que no contaba con menú mi sorpresa fue encontrarme que sí.

El menú leído del Can Mariano del Montseny

Delicioso plato de espagueti a la salsa de setas
Espagueti a la salsa de setas

No se trata del típico menú sobre el que puedes leer a la entrada del local y decidir si te conviene o si continúas la búsqueda de otro restaurante de menú. No, ni tan siquiera te lo darán por escrito una vez te asienten en tu mesa.

Este es un menú de los que yo llamo menú recitado. Es decir una de las camareras, me pareció ver que todas eran chicas, se aproximará a la mesa libretita y bolígrafo en mano y pasará a recitarte el menú de un tirón…

De primero tenemos, arroz al horno, espagueti con salsa de setas, ensalada con gambas, de segundo tenemos pies de cerdo al horno, chuleta de cerdo al horno y sardinas al horno, para beber ¿qué queréis? os entra agua o vino.

Nos decidimos no sin ciertas dificultades y con algunas aclaraciones y repeticiones del menú cantado por parte de la camarera.

Algo en lo que nos fijamos fue posteriormente, cuando para la mesa de al lado, que se sentó pasados 15 minutos, el menú había cambiado en no menos de dos platos, según la camarera explicó a los «vecinos» de la mesa de al lado, y tras agudizar nuestros oídos, nos pareció entender que en este restaurante parten de varios platos que van sustituyendo conforme los mismos se van agotando.

Este sistema del menú cantado y cambiante puede parecer un sistema desaconsejado, pero tras debatirlo con mi pareja finalmente creímos que para el comensal quizá aboque en una propuesta más sana, pues de alguna forma la comida siempre es del día, me refiero a que no hacen vente kilos de lomo de cerdo sí o sí, y si no lo acaban pues para el día siguiente, recalentados o reconvertidos en croquetas o canalones, no. Hacen y tienen lo justo o menos y si se acaba un determinado plato pues preparan otro plato distinto y así poder ofrecer siempre la misma cantidad de platos tanto para el primero como para el segundo, que eran creo que tres para cada uno.

El primer y según plato del restaurante del Montseny Can Mariano

Riquísima chuleta de cerdo al horno
El llonç de porc

De su oferta de tres platos para el primero y tres para el segundo yo me pedí el arroz el horno típico de todos los jueves en este local.

Al principio me llevé cierta desilusión porque aunque la ración era más que correcta me encontré con un arroz demasiado hecho, yo soy un defensor de la pasta y los arroces «al dente», pero bueno, debo confesar que al tercer bocado le cogí «la gracia» a dicho arroz, un arroz cuya textura y sabor eran diferentes a otras muchas, muchísimas paellas que he probado. Finalmente me di cuenta de que estuvo francamente bien, diría más, finalmente me supo delicioso y de correcta ración, una mayor cantidad hubiera provocado cierto empacho pues aún tenía dos platos por delante, contando el postre, claro.

Mi pareja se pidió una ensalada de gambas tras una selección al descarte y es que quizá tres únicas posibilidades como primer plato pueden hacerse justas, muy justas. Su ensalada estaba bien, no muy extensa pero correcta y de sabor bastante «sano»

Para los segundo yo me decidí por una especie de chuleta de cerdo o lomo de cerdo, lo que ellos llamaban «llonç de porc» y debo decir que estaba riquísimo, el horno y la brasa en estos restaurantes de montaña la verdad es que lo bordan.

Me pedí una salsa de «ali oli» catalán para acompañar el a veces «seco» cerdo de los lomos. Pero para mi goce y disfrute, este cerdo de seco nada, jugoso, tierno, bastante magro aunque con la justa cantidad de grasa, excelente, más aún cuando lo aderezaba con alioli. Una salsa, que a diferencia de otras veces no me repitió y eso que contaba con un fuerte y buen sabor.

Otro plato que probamos fue la salsa de setas, una especie de carbonara con la seta que ellos denominan «ceps» y que debo de decir que encontré muy rica, inclusive con un sabor algo por encima del arroz que me había pedido y que me había resultado delicioso.

En resumen, un lugar al que volveré tarde o temprano a comer un menú o porqué no, a comer de carta pues el equilibrio precio calidad fue roto en favor de una gran calidad.

El postre del restaurante en el Montseny Can Mariano

Nos pedimos un pastel de chicharrones con moscatel, que estaba buenísimo, totalmente casero, nada industrial y al que el moscatel le sentaba impresionante, lo bañé totalmente de arriba abajo y quedó perfectamente impregnado de tan suave licor, la ración justa, medida y perfecta para que ese postre estuviese francamente delicioso.

Mi acompañante se pidió un yogur con mermelada y también reconozco que estaba francamente bueno, si me apuras con un sabor a queso que iba más allá de lo que esperas en un «simple» yogur.

El restaurante Can Mariano ha quedado en mi lista de restaurantes a los que volver.

¿Dónde está el restaurante Can Mariano del Montseny?

Carretera de Riells, Km.1

17400 Breda (Girona)

Tel. 972870913