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¿Cómo se determina la caducidad de los alimentos?

la fecha de caducidad

Seguro que tras haber tenido que tirar algunos alimentos caducados, te podrás haber preguntado en alguna ocasión un:

¿Seguro que no se puede comer?

¿Quién y sobretodo cómo se determina la caducidad de un producto comestible?

¿Bajo que criterios un fabricante selecciona una fecha u otra en la que a partir de ese momento el alimento no está en buen estado para su consumo?

Leer las fechas de caducidad antes de comprar o consumir un producto es algo de lo más habitual, lo hacemos casi todos, en cambio conocer como se determinan esas fechas es algo que muchos, entre ellos yo, ignoraba por completo y decidí ponerme manos a la obra, así que vamos a investigar un poco para poder dar respuestas más o menos concluyentes en este artículo.

Diferencias entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente

Antes de lanzarnos a conocer algunos de los métodos que los fabricantes emplean para determinar la caducidad de un alimento es importante destacar la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente.

La primera fecha, «la fecha de caducidad», es la más importante pues puede atañer negativamente a nuestro estado de salud. Esta fecha de caducidad determina el momento en el tiempo que dicho producto puede resultar perjudicial para nuestra salud.

Pero esta afectación sobre nuestra salud, una vez superada la fecha, dependerá siempre de cada persona, de su metabolismo y sobretodo del estado de salud en ese momento, por lo que esta fecha está calculada en base a una salud media. Es decir que a una persona con problemas digestivos puede que incluso le afecte aún sin estar caducado el producto, y en cambio a otros cuyo estado de salud és óptimo no le afectará incluso días después de la caducidad.

La segunda fecha, la que se denomina «la fecha de consumo preferente» no nos indicará posibles problemas de salud si ingerimos dicho alimento si no que tan sólo nos indicará una bajada en cuanto a la calidad y propiedades del producto a partir de dicha fecha.

Obviamente antes de consumir un producto con la fecha de consumo preferente pasada deberemos inspeccionar dicho alimento y si presenta signos evidentes de que se encuentra en mal estado no consumirlo pues no existen los productos alimentarios totalmente imperecederos, bueno o sí, creo que la miel es uno de ellos. Pero en definitiva la fecha de consumo preferente nos quiere definir a partir de que momento dicho producto puede haber alterado sus propiedades.

Algunos de los productos que son de larga duración y por tanto suelen indicar fecha de consumo preferente en lugar de la fecha de caducidad son los arroces, cereales y yogures.

Cuando hablamos de propiedades nos referimos tanto a aquellas más detectables como el color, el olor del producto y el propio sabor hasta llegar a las que nos pasarán más desapercibidas como la cantidad de proteínas o vitaminas que contiene que con el tiempo y la oxidación pueden disminuir.

¿Cómo se calcula la fecha de caducidad?

En la foto una ensaladilla rusa
Cálculo de la fecha de caducidad

Para calcular la fecha de caducidad o vida útil de un producto existen varios métodos para los fabricantes y productores de alimentos, dichos métodos variarán mucho entre unos y otros dependiendo del tipo de producto, por ejemplo si se trata de un producto lácteo, un producto con grasas, una fruta etc.

Por norma general para determinar una fecha de caducidad se suelen realizar pruebas con los alimentos forzándolos ante elementos que provocan una aceleración de la oxidación de los mismos, sobretodo para aquellos con alto contenido en grasa, como los frutos secos, la bollería, etc.

Dicha oxidación en alimentos grasos provoca un gran cambio en su sabor y características que pueden determinar fácilmente la fecha de consumo preferente o la fecha de la caducidad.

Además de estas pruebas de oxidación se realizan pruebas de estabilidad microbiológica que determinarán como se ven afectados todos los valores nutrientes de los productos.

Además de las pruebas que arrojan datos reales se suelen realizar las denominadas pruebas predictivas de microbiología que permiten predecir como se van comportar determinados productos bajo diferentes escenarios de envejecimiento.

¿Quién calcula la fecha de caducidad?

En la foto un microscopio de laboratorio
Pruebas de caducidad

Podría parecernos a todos, que debido a los problemas de salud al que puede hacer frente un producto con una caducidad pasada, debería existir algún organismo independiente o financiado por el estado para regular dichas fechas pero esto no es así, dicha responsabilidad recae sobre el propio fabricante.

Será el fabricante el que calcule la fecha de caducidad para todos aquellos alimentos que produzca, sin existir una normativa clara al respecto.

Obviamente el fabricante o productor tiene cierto interés en que sus alimentos conserven al máximo sus propiedades y sobretodo en no provocar una indigestión o problema de salud masivo por haber calculado una fecha de caducidad de manera errónea. Por estos motivos creo que la fecha que nos den impresa en los productos será bastante sincera.

Extender la caducidad de un alimento

En la foto cuatro botes de cristal con frutas sin conservantes artificiales
Alimentos sin conservantes artificiales

Sin embargo, si se trata de un producto que perece de forma rápida quizá este sea desechado por los comercios, que no lo querrán por el problema de las devoluciones o quejas de los consumidores.

Inclusive existen reponedores en grandes cadenas de supermercados, grandes superficies y casas de alimentación que se dedican exclusivamente al control de las fechas. Bajo algunos casos estos reponedores podrán devolver el producto al fabricante o distribuidor cuando se acerque la fecha de caducidad.

Este equilibrio o tiempo concreto entre la fecha de compra y la venta es vital tenerlo bien ensayado pues si como vendedores de un comercio de alimentación compramos demasiado, aunque con ello podamos rebajar los precios de costes, pero no vendemos lo suficientemente a tiempo, esos productos se nos caducarán y deberemos desestimarlo perdiendo mucho dinero.

Por ello muchos comercios prefieren aquellos productos que tienen una caducidad lo más alejada posible.

El problema que quiero expresar en este párrafo viene dado cuando ante dos productos iguales, fabricados o producidos el mismo día, y provenientes de dos fabricantes diferentes, tenemos dos fechas de caducidad diferentes. El comerciante probablemente se quede con la que tiene una fecha de caducidad más alejada.

Ahora bien, ¿cómo el fabricante ganador ha conseguido una mayor fecha de caducidad? Puede ser que mintiendo en las pruebas de caducidad, o bajo ¿unas pruebas de caducidad más relajadas? puede, pero yo me inclino a que consigue esa fecha de caducidad más alejada en el tiempo al mero hecho de que inserta más conservantes en el alimento. De esta forma se «conservará» durante más tiempo.

Esto es algo que deberemos valorar, pues a mayor número de conservantes nuestro cuerpo sufrirá más pues estos no son especialmente saludables para nuestro organismo.

Fecha de caducidad de los yogures

En la foto un yogur caducado abierto con la resencia de moho en su tapa
Fecha de caducidad de los Yogures

Estos, los yogures, son uno de los productos que más lanzamos a la basura por haber traspasado la fecha de su caducidad.

Si bien lo relativo a la caducidad de los yogures ha cambiado hace escasos años, por allá el 2014.

Anteriormente a esa fecha todos los yogures se fechaban con una caducidad de 28 días, pero a partir del 2014 se ha eliminado el concepto de «caducidad» en dicho producto, pasándose a llamar «fecha de consumo preferente» y ampliándose hasta 35 días.

Así que si tienes yogures caducados en la nevera, no sufras por el si te van a sentar bien o mal, te sentarán bien, eso sí no tendrán el mismo sabor que uno que no halla traspasado la fecha de consumo preferente.

El objetivo de esta normativa es reducir significativamente, dicen que a la mitad, el número de alimentos que desperdiciamos para el año 2025. Debemos recordar que en este planeta vivimos muchos, seres humanos y animales, y todos necesitamos comer para sobrevivir y si tiramos alimentos no sólo haremos un flaco favor a los más desfavorecidos si no a nosotros mismos pues los recursos del planeta son finitos, así que sea bienvenida esta norma.