Parece ser que este año se ha avanzado el frío así, sin quererlo ni beberlo, de golpe y porrazo; y es que resulta que hemos pasado de un confortable y cálido otoño a las, de repente, gélidas temperaturas invernales.
Estoy seguro que a más de uno nos ha pillado el toro y nos hemos quedado como pajarillos tiritando de frío cuando no tenemos dónde cobijarnos, ¿verdad?
O, por decirlo de otra manera, estoy seguro que a la mayoría de nosotros, este frío repentino, nos ha pillado todavía con las sábanas de verano -con lo bien que estábamos entonces, con solecito y playita. !Ayyy!, yo quiero que venga el verano…,- bueno, a lo que íbamos, eso, que nos hemos quedado atrás, que este año, ni otoño ni na, sino frío y más frío, y si no quieres caldo, toma dos tazas…pufff!
Menos mal que «siempre nos quedará París», como decían en Casablanca (maravillosa película), aunque, creo que en este caso sería mejor decir que, siempre nos quedarán las estupendas sábanas polares o térmicas o de franela, sea como sea, ya me entendéis, lo que estoy intentando explicar es que con la inminente llegada del invierno, siempre podremos refugiarnos en los confortables y espléndidos juegos de cama térmicos.
¿Qué pasa? ¿Todavía no habéis sacado las sábanas de invierno? O, ¿todavía no las tenéis? No pasa nada, no hay problema, pensad que por ese motivo contacto con vosotros, para que sepáis dónde poder adquirir estas preciadas prendas de dormir. Así que, si todavía estáis por aquí, echad un vistazo a cuáles son las mejores sábanas para el invierno, y prepararos para pasar buenos ratos calentitos «ensabanados» durante esta fría estación invernal.
Sábanas térmicas polares
Dentro de esta categoría de sábanas térmicas polares podréis encontrar una amplia variedad de modelos, tallas y diseños. La mayoría de ellas están preparadas para los diferentes tamaños de las camas estándares que existen en el mercado. Hay diferentes diseños donde escoger, los hay para grandes y pequeños, como los divertidos modelos de Frozen o Spiderman de Disney.
Normalmente los juegos de sábanas, ya sean los modelos térmicos polares, de franela, de algodón, de poliéster o micro-fibra, se componen de diferentes piezas: la sábana bajera, que suele ser elástica, la sábana encimera y la o las fundas de almohadas.
Por otro lado, los tamaños suelen corresponder con los estándares más conocidos, como son los siguientes: para una cama individual estaría en los 90 x 190/200 cm, mientras que para una cama doble o de matrimonio nos moveríamos entre los: 135 x 190/200 cm; 135 x 190 x 30 cm; 150 x 190/200 cm y los 160 x 200 x 30 cm.
El material con el que están fabricadas las sábanas polares suele ser de micro-fibra capaz de proporcionar calor y suavidad al momento. Además no se arrugan ni se hacen bolas (la mayoría).
Del mismo modo estas sábanas no requieren un alto mantenimiento, están preparadas para ser lavadas a máquina, no necesitan planchado y se secan rápido. También son aptas para el uso de la secadora.
Sábanas térmicas de franela
Las sábanas térmicas de franela al igual que sus compañeras, las sábanas polares, se caracterizan por proporcionarnos un bienestar calentito y placentero cuando estamos entre ellas. Algunas están fabricadas enteramente de algodón, mientras que otras tienen compuestos mixtos entre algodón y micro-fibra. Las sábanas de franela proporcionan máximo confort y protección contra el frío gracias a los acabados suaves de ambos lados.Del mismo modo, también se presentan en diferentes tamaños y diseños.
Sábanas de algodón
Por supuesto no nos podíamos olvidar de las típicas sábanas de algodón, las de toda la vida. Hay que reconocer que quizás sean las mejores, entre otras cosas debido al material del que están hechos. El algodón es uno de los tejidos más puros y agradables al tacto. Por eso, una vez nos acostumbramos a él es difícil separarnos de ese placer táctil que nos proporciona.
Aunque, por otro lado, cuando es invierno y tu cama está vestida de sábanas de algodón, pues un poco o un mucho de frío os encontraréis cuando vuestra piel toma contacto con tal noble tejido, ¿verdad? Menos mal que a los pocos segundos uno ya se ha aclimatado, porque si no…
Como conclusión podríamos decir que si lo que queremos es estar calentitos y agustitos, lo mejor es echarse encima una sábana térmica polar o de franela. Y, para aquellos más aventureros, los que no les importa en demasía la temperatura invernal, pues seguramente escogerán su preferida, es decir, la sábana de algodón de toda la vida. Allá ellos, ¿no?, lo importante, como dice el refranero popular, es estar a gusto con uno mismo y con sus sábanas… (o algo parecido) 😉