Acierto a dar con el músculo correcto para levantar el párpado de un ojo, un único ojo y todo sea dicho tampoco consigo levantarlo demasiado, mientras, torpemente alzo mi smartphone y en alto en la pantalla se previsualiza un:
– Feliz 2018
Acierto a dar con el músculo correcto para levantar el párpado de un ojo, un único ojo y todo sea dicho tampoco consigo levantarlo demasiado, mientras, torpemente alzo mi smartphone y en alto en la pantalla se previsualiza un:
– Feliz 2018
… desbloqueo y leo en mi pantalla la secuencia:
- – Hola
– Feliz 2018
– Qué tal
– estás?
Nada menos que cuatro mensajes para decir tan poco… Pero alma del cántaro… te han extirpado la tecla «enter» de tu móvil, please…. escribe todo en una línea, tal sinfonía de notificaciones producidas por tu adicción al botón de enviar acaba despertándome y ahora mi estómago se revuelve tras un cortísimo sueño que conseguí albergar a duras penas hace escasa… ¿media hora? y es que ayer o sea hoy, o sea hace un rato esta caprichosa cama parecía tener motor en ese constante girar y girar sin parar.
Mi estómago me pide un Almax a gritos. Señores, amigos y familiares, sí, es día uno, el primer día del año y tras una noche de fiesta en la que te acuesta a las tantas y bebes vinos, cavas y algún que otro cubata, muchos olvidamos silenciar nuestros smartphones, es un error por nuestra parte, nada que objetar a tu amable felicitar, pero es que estos «teléfonos inteligentes» podrían serlo un poquito más y tener una mínima preconfiguración de calendario, no se… yo pienso en algo así como que el día previo a fechas señaladas, por ejemplo en navidad, fin de año, tu cumpleaños… y basándose en un histórico te avise con un (ahora pon voz sintetizada a lo Siri):
Mañana es día 1 de enero, el año pasado te acostaste a las 5 de la madrugada y te levantaste al mediodía, gandul, ¿quieres que te desactive las notificaciones para mañana?
Eso sería un puntazo, algo realmente inteligente, un avance más para la humanidad, porque no es muy humano sacarme del catre a primera hora tras una noche de fiesta a golpe de «enters».
Ahora tras ser despertado por las notificaciones de WhatsApp, seguido por las de Facebook, las de Instagram, y las del email del vendedor de turno con sus ofertas interesantísimas, ejem… lo único que necesito es un Almax, ¿Tú no tienes Almax? hay que apagar el fuego que se desata en mi estómago.
Señoras, señores, adictos a la tecla de enviar ¡feliz año 2018!