Josef Sudek fue un fotógrafo checo de gran reconocimiento artístico no solo en su país natal sino también en gran parte del planeta. Era conocido como el poeta de Praga por la gran sensibilidad que sus imágenes transmiten al ser contempladas.
Antes de entrar en su obra me gustaría haceros una pequeña introducción sobre lo que fue su vida en términos biográficos. De esa manera destacaremos algunos aspectos que pueden ser interesantes para el lector; «fisgonear» de vez en cuando no está mal, no?.
Josef Sudek nació en 1896 en la ciudad de Kolín (Bohemia). De muy jovencito asistió a la Facultad Técnica Real de Kutná Hora en la que estuvo entre los años 1908 y 1910. A partir de esta última fecha hasta el 1913 aprendió el oficio de encuadernador.
En 1917 mientras participaba en la Primera Guerra Mundial fue víctima de un ataque militar en el cual perdió su brazo derecho como consecuencia del estallido de una granada. Ese hecho lo marcará profundamente en el ejercicio de su oficio de fotógrafo, pues se dedicará durante una época de su vida a fotografiar víctimas de guerra.
Entre los años 1920-22 se aficionará a la fotografía participando como miembro del Club Checo de Fotografía Amateur (CKFA) de Praga. A partir del 1922 y hasta 1924 estudiará con el profesor Karel Novák en la Facultad Estatal de Artes Gráficas de Praga. A finales de sus estudios, en 1924 formará parte como miembro fundador de la Sociedad Fotográfica Checa.
En la década de 1930 creó la Galería Sudek para artistas. Desde entonces y durante unos cuantos años se pasó fotografiando cualquier rincón de Praga. Por fin, en el año 1956 se publicó su primera monografía fotográfica con al menos 232 reproducciones calcográficas. Más tarde, en 1959 recibió el título de Artista de Mérito concedido por la República Checa. Finalmente, a la edad de 80 años, en 1976, fallece en su amada ciudad de Praga.
La sensibilidad del fotógrafo Josef Sudek
Josef Sudek es de ese tipo de artistas que inevitablemente despiertan admiración cuando contemplamos maravillados el contenido de su obra. Muchos de vosotros lo comprobaréis cuando tengáis la oportunidad, si todavía no lo conocéis, de disfrutar de sus fotografías.
Josef Sudek es conocido en todo el mundo por la gran sensibilidad que supo otorgar a su corpus fotográfico. Por ese motivo es considerado como uno de los grandes maestros de la bella disciplina artística: la fotografía.
Josef Sudek supo componer mediante sus imágenes, poemas visuales, gracias al dominio de elementos tan importantes en la fotografía como son las luces y sombras que dibujan las formas fotográficas.
Si tuviéramos que hacer una recopilación de palabras claves en la obra fotográfica de este gran artistas serían estas: poesía “lumínica”, luz, sombras, paisaje: natural y urbano; bodegones, interiores, misterio, pictorialismo, sencillez, belleza, magia…
La belleza de las fotografías de una Praga misteriosa, envuelta de una luz sobrenatural en el atardecer del día no deja indiferente al espectador. Más bien al contrario, se apodera de uno algo así como un sobrecogimiento extraño al contemplar esas escenas nocturnas.
Del mismo modo, también observamos que los bodegones o fotografías de naturaleza muerta que este fotógrafo realiza en su estudio, comparten nexos comunes entre sí: son obras de arte hechas de luz. Desde luego, Josef Sudek era un verdadero maestro clásico, capaz de conferir un estatus artístico a simples objetos cotidianos.
Pensad que Josef Sudek se inició en el universo fotográfico de manos del pictorialismo. Pretendía que sus imágenes fueran elaboradas con el mismo rigor profesional de un pintor. Por ese motivo muchas de sus obras respiran ese halo artístico propio de la Pintura.
No obstante, la etapa pictorialista fue superada y Josef Sudek acabó adoptando la línea fotográfica de la nueva objetividad, cuyo objetivo consistía en explorar y documentar la inevitable soledad de la contemporaneidad europea. Hay que recordar que este gran artista creció entre dos guerras mundiales.
Cuando Praga fue invadida por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, Saudek decidió permanecer en su estudio fotográfico, aislándose del mundo dedicándose a fotografiar las escenas y el paisaje que podían verse desde el exterior de la ventana de su estudio. Por ese motivo podemos ver la semejanza que comparten muchas de sus imágenes. La estación del tiempo en la que están tomadas y la fluctuación lumínica son dos rasgos constantes en la repetición de sus fotografías.
Gracias a esa época también podemos contemplar la proliferación de múltiples bodegones o naturalezas muertas que de forma magistral supo extraer este gran artista mediante el desordenado orden doméstico en el que habitaba.
Como conclusión, os aconsejo no os perdáis la oportunidad de indagar sobre la obra de Josef Saudek. Aunque haya pasado mucho tiempo desde su desaparición, su obra, sin embargo, nos puede ayudar a descubrirlo o, re-disfrutarlo para aquellos que ya saben de su existencia.
De verdad vale la pena conocerlo. Si sois amantes del arte y de la buena fotografía, recuperar este referente icónico del arte fotográfico. Disfrutaréis “cantidad” de la obra tan maravillosa que Josef Saudek nos ha legado.