No se si tú, lector de tiroriro.com, vives en una pequeña, mediana o gran población. En este artículo hablo de esas grandes ciudades en las que estamos sufriendo una gran invasión de los nuevos sistemas de transporte que se basan en el modelo de negocios de compartir vehículos, en especial hablaremos y hablaremos mal, del moto sharing
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Con el concepto «sharing» me refiero a estas empresas nuevas o no tan nuevas que surgen como setas por todas las grandes ciudades y que permiten alquilar un medio de transporte por horas desde una app que deberemos instalar en nuestro teléfono móvil.
Existen varias empresas, algunas empresas de ámbito nacional y otras más locales, casi todas funcionan de una forma bastante similar. Se trata de un modelo de negocio deslocalizado, utilizando el espacio público como almacén para su flota de vehículos.
La gestión del alquiler se realiza desde el teléfono móvil y la realizas tú, sin intervenir un humano, por lo que no se trata de una empresas que aporten un gran número de puestos de trabajo. Estas nuevas empresas tan sólo deberán contar con una oficina central y algún técnico, que se mueva con una furgoneta repleta de baterías de recambio que vaya cambiando y recargando la baterías de los vehículos que la app le indique que están con la batería baja.
Los vehículos que alquilan estas empresas de sharing son muy variados, desde bicicletas eléctricas, a patinetes eléctricos de diferentes modelos y formatos, a motos y otros vehículos de dos y tres ruedas.
El problema nos viene por dos lados principalmente, el más obvio el dado por el incremento de la inseguridad dado por el aumento de vehículos no propios circulando por nuestras calles, y también por nuestras aceras. Debería ser obvio para todos que un vehículo que no es de propiedad se domina menos que uno que si lo es. No por falta de pericia del que alquila ese «nuevo y desconocido vehículo» si no por la falta de práctica y horas sobre él. Por otro lado tenemos una invasión del espacio público, restando plazas de aparcamiento para los vehículos en propiedad, como las motos.
Veamos un poco más a fondo esta invasión en las siguientes líneas.
¿Cómo funciona el sharing y el moto sharing?
Por ahora estas empresas tienen un sistema de funcionamiento relativamente fácil y de bajos costes debido a la falta de legislación al respecto, sobre todo aquellas que alquilan vehículos en los que no se precisa tener un permiso de conducir, como los patinetes.
En el caso de las motos eléctricas, que son casi todas catalogadas como si se tratasen de motos de 125 cc, tienen el handicap de que su acceso está limitado a sólo aquellos que dispongan de permiso de conducción en vigor, un detalle que dificulta o frena en algo su éxito y es que para darte de alta de ellas y convertirte en usuario de una de sus vehículos debes remitir información personal desde una app que deberás instalarte en tu móvil, información como el permiso de conducir y ellos posteriormente, pasado unas horas o un día, te aprueban tu cuenta de usuario, con ello quedan fuera los «alquiladores compulsivos» o turistas ocasionales que llegan a la ciudad. Para todos estos los patinetes son lo mejor.
Con tu móvil, la app en funcionamiento y esta cuenta de usuario de moto eléctrica aprobada deberemos agregar saldo, dinero, realizando pagos con nuestra tarjetas, una vez disfrutemos de saldo podremos consultar en un mapa que vehículos, en este caso «motos eléctricas» tenemos cerca, que estén libres y con la batería más o menos cargada.
Tras seleccionar el vehículo que tenemos cerca o que más nos conviene en nuestra app deberemos dirigirnos a él, en el momento que el servidor central reciba una geolocalización desde nuestra app cercana en unos pocos metros al vehículo este se desbloqueará, incluido su «topcase», donde encontraremos dos casos y acto seguido podremos comenzar a utilizar el vehículo.
Una vez finalicemos el recorrido informamos a la app y esta se encargará de volver a bloquear la moto eléctrica y descontarnos de nuestro saldo el valor de los minutos que la hemos estado usando.
La convivencia en las calles y en las aceras de la ciudad
La invasión del espacio público de estos nuevos métodos de transporte, tanto a nivel de calle como a nivel de ciudad está teniendo en determinadas ciudades una gran incidencia si bien los ayuntamientos parecen paralizados al respecto, quizá por las elecciones quizá porque son algo ineptos.
Es evidente la mala convivencia sobre la aceras entre los peatones de a pie y los patinetes y bicicletas, eléctricas y a pedales. Aunque tímidamente los ayuntamientos parecen querer tomar cartas en el asunto yo sigo viendo la misma o mayor cantidad de esos «pseudo» vehículos circular por las aceras, no importando si las mismas son anchas o estrechas y que pasan a velocidades de más de 20 Km/h a escasos centímetros de los viandantes.
Si continuamos sobre la acera veremos que existen muchas motos de alquiler de dos o tres empresas que ocupan literalmente las escasas aceras con el ancho permitido para aparcar la moto sobre ellas.
En la calles el problema principal es el ya comentado, muchos conductores sin carnet, y por ende sin experiencia, hablo de las bicicletas, eléctricas o a pedales y los de patinetes que están circulando por allá por donde van otros vehículos de mucho mayor tamaño. Además tenemos las motos eléctricas, capaces de desarrollar una mucho mayor velocidad y con una acelaración tremenda que ponemos en manos de conductores que pueden llegar a ser tan inexpertos como malos conductores. Hoy estamos combinando vehículos de una forma muy pero que muy desordenada y sólo la suerte y la pericia de algunos están evitando males mayores.
Problemas de aparcamiento en la ciudad
A mi, en lo personal, aunque como a muchos, lo que más me enoja es esta invasión que nos está generando un nuevo y gran problema del aparcamiento para un vehículo, la moto que no adolecía antes de esta problemática y que en definitiva era una de sus mayores virtudes.
Todos sabemos que en nuestras ciudades encontrar aparcamiento cada día nos cuesta más. Si los metros de acera donde aparcar ya de por sí eran justos, la aparición de las zonas verdes, rojas y azules han convertido la ciudad en un parchís, ahora no sabes donde puedes o no aparcar y debes andarte con mil ojos y varias inseguridades producidas por el miedo de si se te va a llevar la grúa tu vehículo. Motos incluidas. Este problema creo que va a incrementarse pues cada vez nos cortan el acceso a más calles, convirtiéndolas en peatonales y por ende, desproveyéndonos de los posibles aparcamientos que antes teníamos en ellas. Además cada vez nos instalan más metros de bici sharing del ayuntamiento correspondiente, instalaciones que dinamitan metros y metros donde estacionar y que por observación diría que no se usan tanto como ocupan y que podrían ser de un tamaño bastante inferior.
Me cuentan que en otras ciudades también tienen algo parecido a lo que nos sucede en Barcelona en Valencia tuvieron problemas con el abuso por parte de los patinetes, pero es que aquí en Barcelona, donde Cooltra disfruta libremente y a su antojo de una presencia claramente abusiva sobre las aceras de diferentes barrios de la ciudad la situación dependiendo del barrio es como mínimo escandalosa.
Un abuso que rompe con la usual convivencia de moteros en el barrio.
Las bicis eléctricas de Cooltra en Barcelona
Volviendo al caso concreto de Barcelona y señalando a Cooltra, su presencia es tan y tan abusiva que la exagerada presencia de sus «motocicletas» eléctricas en determinados barrios, y hablo de un presencia superior a 20 motos eléctricas en una calle de escasos 200 metros impiden el correcto aparcamiento de otros usuarios de moto que como yo, son propietarios de un vehículo de dos ruedas y pagan sus impuestos, entre ellos el de circulación, que nos da derecho a aparcar en alguna de las escasas plazas de parking para motos que hay en la ciudad porque las e-Cooltra ocupan las plazas de aparcamiento.
Sin más, observa la foto de aquí al lado donde se ve claramente esta invasión, en un parking exclusivo de motos con 5 plazas, hay hasta 7 motos y todas son de la misma empresa, Cooltra. Pero es que unos metros hacia adelante, y otros metros hacia tras hay no menos de 4 motos más sobre las aceras, unas aceras que no son de 3 metros. ¿Dónde aparco yo mi moto?
Además, muchos moteros tenemos la sospecha que esa ocupación es tan inapropiada como innecesaria, porque uno, que es observador, no ve a otras personas que lleguen con una e-Cooltra y la aparquen, o gente que en ese momento esté circulando por esa zona de la ciudad en una e-Cooltra, ni tan siquiera personas que las estén cogiendo en ese momento, entonces, me pregunto: ¿si no hay movimiento hay necesidad? ¿Por qué hay tantas motos de Cooltra ocupando las plazas que yo, y todos, pagamos con nuestros impuestos?
Me parece a mi que esa presencia es un movimiento de marketing de la compañía, una forma de publicitarse de forma bastante gratuita y, creo que se dedican a inundar diferentes barrios de la ciudad descargando sus motos de sus furgonetas para que las veamos a diario, como algo habitual, aunque estas apenas se usen.
Yo y, muchos como yo, vemos que e-Cooltra está molestando ya en demasía al resto de los usuarios de moto además de haciendo un gran lucro, sea publicitario o en alquileres utilizando un espacio público que es de todos y no sólo de estas empresas invasoras de la vía pública.
Confiemos que los ayuntamientos remedien la invasión.
No puedo aparcar la moto en mi barrio por culpa de Cooltra
A modo de resumen este titular, pues no es la primera vez que me pasa, que teniendo por suerte cerca de la puerta de casa bastantes plazas de motos me he encontrado con que todas ellas estaban ocupadas por motos eléctricas de alquiler, todas no, más que todas porque quien fuese había tenido la desfachatez de colocar ocho motos en las seis plazas, además de no se cuantas encima de las aceras.
A uno le dan dan ganas de hacerse un espacio, mover y dejar esas motos de alquiler mal aparcadas y que esta empresa se las apañe con la correspondiente sanción, y es que ¿de que otra manera podemos defendernos? recurrir a denunciar estos hechos no creo que sirva de mucho.
No se yo si en vuestras ciudades pasará lo mismo, pero a uno le da absoluto coraje que primero nos prohíban aparcar en depende que tipo de aceras, teniendo que aprender un auténtico manual de donde podemos y donde no, cuando se ha hecho toda la vida y siempre hemos convivido más o menos de buena manera con el resto de peatones.
Ahora debemos dejar las aceras libres de motos, eso sí, por ella pasarán patinetes, bicis a pedales, bicis eléctricas y cualquier otro engendro libremente, porque amigo, lo de multarles por un uso indebido de calles y aceras, parece que es como ver un unicornio azul bebiendo agua en la Plaza Cibeles o en Plaza Catalunya.