En shock me ha dejado este artista, de cautivadora sencillez para aquellos que amamos el dibujo y la fotografía a partes iguales.
La imaginación de Vicent Bal, un director de cine belga con mucha creatividad, fluye en cada una de sus obras.
En este artículo mostramos alguna de sus instantáneas donde aprovechando la sombra que proyectan objetos cotidianos y sencillos sobre un papel blanco, el artista dibuja formas integrando la sombra como un componente más en su obra.
Un guiño de humor a las sombras, una genial y sencilla idea que produce mi más sincera admiración.
Arriba una pincelada vintage donde aquellos que por edad o por la búsqueda de los orígenes de la fotografía reconocemos el objeto que arroja su sombra, uno de esos tantos carretes que hemos usado en nuestras cámaras. La sombra del carrete conforma una escena en la que el amante se lanza de lo alto de un torreón hacia el mar en una noche estrellada.
Otra obra del artista en la que muestra un otoño que avanza y marchita la hoja caída del árbol sobre el blanco lienzo.
Una hoja cuyo contorno proyecta una curiosa sombra que creará los trazos y la lana que dará cobijo al dibujo de una bonita e infantil oveja, que contenta se pondría la guapa Isabel, la de las ovejitas.
En esta última obra Vincent Bal utiliza las lámparas de vacío, también llamadas válvulas (qué bonitas eran). El artista convierte este objeto en una escalera, por la que huye nuestro personaje escaleras abajo. El objecto principal que proyecta una compleja sombra debido a sus transparencia y a la forma de los filamentos nos evoca a décadas anteriores, casi medio siglo, una época que emanaba arte y buen gusto hasta en el diseño de sus componentes. Un arte de la electrónica, lejano a la actual anorexia de los equipos de hoy en día, donde año tras año la mejor aportación de empresas reconocidas como Apple es un «y ahora más delgado».
Cuánto nos engañan ahora; en cambio, en el siglo pasado eran adorables aquellos aparatos que precisaban de cierto tiempo para calentar sus lámparas antes de dejar escapar sus sonidos, incluso irradiaban magia al acercarnos lejanas voces a través del éter de nuestras radios de válvulas. Y todas aquellas Westinghouse y marcas de antes con pequeñas TVs que nos «revelaban» la belleza del blanco y negro a cada momento.
Vincent Bal, nació en Bélgica un 25 de febrero de 1971 y ha mamado, por poco tiempo, de todas estos artilugios, del nacimiento de Internet, y tiene una rica visión creativa de la comunicación. Hoy ya tiene un seguidor nuevo para su Instagram. Para ver cuenta de Instagram pulsa > aquí < Si quieres adquirir alguna de sus postales firmadas puedes hacerlo a través de su tienda en Etsy > aquí <
