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App para protegernos del coronavirus

App para protegernos del coronavirus propagacion

En este artículo, sin grandes ni pequeñas pretensiones, voy a tratar de recopilar ideas para la creación de una app para dispositivos móviles que nos ayude o asista durante la lucha contra el coronavirus y la enfermedad que nos produce, el covid-19.

App para protegernos del coronavirus

El artículo en sí, que no deja de ser una paja mental producida por las semanas de reclusión, inicialmente lo redacté al principio del confinamiento, es decir sobre mediados del mes de marzo de 2020, si bien por diferentes motivos la revisión final la he ido aplazando día tras día.

Total que han pasado los días y a día de hoy ya existen apps lanzadas en nuestro país, al menos dos o tres, las primeras apps sobre el virus fueron las autonómicas, tanto de País Vasco como Cataluña y luego una estatal. Incluso hace escasos días conocí una propuesta más ambiciosa bajo el nombre de «opencoronavirus» presentada por un grupo de programadores de apps españoles y que de alguna forma ya cubre algunas de las ideas y funcionalidades que recojo en este artículo relativas a las cuarentenas selectivas.

La app que imagino, no se trata de una app lúdica para para poder entretenernos y hacernos más llevaderos los momentos de confinamientos, no esta vez no, aunque necesarias y tras recordarte que en este blog hay mucho lugar para el entretenimiento donde citamos y enlazamos constantemente todas esas apps y juegos gratis.

Hoy me centro, a modo de ensayo, en imaginar una app que realmente contribuya en una lucha más ordenada y por tanto eficaz contra esta pandemia que nos afecta.

Obviamente esta app es la que diseñaría yo mismo en el caso de disponer de los conocimientos y recursos para ello, que no es el caso, sirvan estas ideas pues para aquel o aquellos que sepan desarrollar apps como un posible aporte a modo de sugerencias.

Concepto de una app para luchar contra el coronavirus

El concepto inicial es conseguir una app que se propague más rápido que el virus, una app capaz de viralizar su descarga y su uso para «innocular» al mayor número de usuarios.

Su funcionalidad principal, a parte de la propagación en sí de la propia app es que nos permita protegernos del virus alejándonos lo máximo que podamos de él y aislándonos durante los días necesarios en el caso de que estemos infectados.

Se trata de establecer un orden en el sistema, permitiéndonos salir de forma ordenada y controlada de nuestros domicilios, e incluso poder volver a trabajar e incluso al colegio. A muchos de vosotros en este justo punto ya les dejará de interesar mi loca propuesta, trabajar e ir a la escuela es más tedioso que quedarse en casa ¿no?

Funcionalidades de la app

Las diferentes funcionalidades que inicialmente veo a esta app las podríamos separar en dos grandes grupos, de forma que actuaría por partida doble, veamos cuales son:

La funcionalidad principal, sería limitar la propagación masiva de la infección, para ello deberá identificar aquellos que están infectados para que no salgan de sus casas bajo ningún pretexto, y dado el caso alertando a las autoridades de que ha roto el confinamiento ante un eventual control policial o la entrada a un comercio, ya que para ello debería facilitar un código QR que genera la app y que va ligado con su DNI.

En el caso de que esta persona sea mayor, no tenga movilidad o alguien que lo cuide, la app sería capaz de gestionarle de forma automática o asistida la compra y el envío de suministros.

La app debería implementar sistemas de pre-autoevaluación de la enfermedad que el usuario debería rellenar cada día, además de los típicos cuestionarios este debería grabar datos como su tos y conteos de números, ya que en la actualidad ya existen metodologías más o menos fiables que partiendo de esos datos pueden evaluar, con bastante margen para el error, si existe riesgo de infección o no. A las personas que obtenga un % de estar afectadas en el conjunto de la pre-autoevaluación se les remitiría un kit PCR mediante transporte o de ser posible un sanitario pasaría por su domicilio para realizar una prueba definitiva. Si bien nen grandes ciudades a allí donde no sea posible, dichas visitas inicialmente no deberían ser presenciales, se podría realizar mediante videoconferencia, implementada dentro de la propia app. En dicha videoconferencia se instaría y formaría al usuario a utilizar por ejemplo el kit PCR por el mismo.

Posteriormente la app podrá de acuerdo con los facultativos que «videovisiten» al infectado, podrá establecer controles y visitas periódicas de sanitarios para el control de su enfermedad hasta su total sanación.

La app podrá evaluar la capacidad de riesgo atendiendo a la zona de movimientos del usuario ya que tendrá datos de todo su entorno, a menor índice de contagios activos detectados, menor posibilidad de contagio pudiendo gestionar los recursos y orientarlos a aquellas poblaciones con mayor posibilidad de riesgo detectada.

La funcionalidad secundaria sería la de evitar cuarentenas masivas, aunque sería la que desde un punto de vista de marketing se debería vender primero, es la relativa a los beneficios para el usuario o nodo de la aplicación. Esta sería de cara a la comunidad, y nos permitiría cierto margen de movilidad sin comprometer su seguridad y riesgo de infección.

La app establecería turnos de salidas lúdicas del hogar y vuelta, atendiendo a la masa de población existente en cada localidad. Así la gente no infectada, o probablemente no infectada podría salir de forma ordenada evitando grandes concentraciones incluidos los turnos para la práctica de deportes en el exterior. Evitaríamos estas cuarentenas masivas.

En el plano laboral, podría escalar incluso los horarios de entrada y salida de los trabajadores para que todos podamos volver a mover la economía de forma segura, eso sí para garantizar la seguridad del resto de compañeros en todos los accesos de empresas, sean estos oficinas, supermercados, comercios, debería existir la figura de un contrador/validador de accesos, que a primera hora escanease los códigos QR de los trabajadores, previa a la entrada en los edificios de trabajo, de forma que certificasen que estos están libres de infección.

Posteriormente, tras la apertura del negocio si este es de puertas abiertas, ese control se extendería también a los clientes.

De cara al usuario, la app también emitiría alertas cada cierto tiempo para que nos lavásemos las manos, inclusive, lo haría al volver de la compra tras geolocalizarnos de nuevo en casa.

Otras funcionalidades de la app serían la estadística, no accesibles por los usuarios pero si por los estados, serían la de la consecución de big data, ya que tras la captación masiva y continua de datos, estos se puedan analizar con mayor precisión para identificar los vectores de propagación y con ello los factores que más afectan al virus, señalando posiblemente algún punto débil en su transmisión, si contagia más entre que edades, entre qué temperaturas diarias de diferentes localidades, etc, seguro que tiene numerosos puntos débiles o no tan fuertes como su capacidad infecciosa.

Todos estos datos deberían ser consultables de forma anónima, sin conocer a la persona, ni nombre ni tan siquiera identificador, por cualquier centro médico que esté llevando a cabo una investigación oficial o ensayo clínico oficial sobre el coronavirus.

Configuración de la app para luchar contra el coronavirus

Tras descargarla de las tiendas oficiales de app, el proceso de alta y configuración debería ser lo más sencillo posible.

Esta app, desplegaría sus funcionalidades de usuario de forma progresiva, es decir, sería inicialmente para un uso básico con el fin de que los usuarios puedan asimilar su funcionamiento y poco a poco iría desplegando todas sus funcionalidades.

Así como idea genérica, una vez instalada te das de alta en la app con tu e-mail, número de teléfono y carnet de identidad, remites copia de tu documento fotografiada, esta es verificada y asignado al número de teléfono introducido, que se va a verificar mediante SMS, con estos datos identificativos comprobados se genera un número de identificación exclusivo para dicho usuario dentro del servidor de la app, llamémosle ID1.

Dicha app te solicita permisos para geolocalizarte, utilizar la cámara, archivos, registros de llamada e incluso para realizar llamadas y efectuar pagos, sí efectuar pagos.

Los pagos servirían para no tener que disponer de dinero físico en las tiendas físicas donde compremos los alimentos, y habilitar el pago incluso a aquellos teléfonos que no disponen de NFC. La app del vendedor creará un código QR que el cliente deberá escanear con la app para realizar el pago del producto. Sin el código QR no te entregan los alimentos, o te los entregan hasta cierto importe, preservando el derecho a acceder a la alimentación a aquellos que no tienen móviles.

Propagación de la app como un virus

La app te obliga a añadir un mínimo de 2 usuarios, familiares, vecinos o amigo, quienes recibirán un mensaje en su móvil o email conforme el usuario ID1 te ha añadido a su esfera de contactos. De alguna forma estos amigos validarán que tú eres quien dices ser al aceptar dicho vínculo. Estos usuarios posteriormente deberán añadir a otros 2 amigos como mínimo, y así sucesivamente hasta conseguir una propagación total.

Este usuario amigo servirá para posibles uso en cuanto a trazabilidad, podrían servir como big data para mapear posibles contagios y alterar ciertos parámetros de dicha app.

Los futuros móviles deberán ser…

Durante el loco discurrir sobre esta hipotética app, me doy cuenta que faltarían algunas cosas para ser un sistema redondo, y ahí es donde entran los fabricantes de móviles, os lanzo algunas ideas que creo que en los próximos modelos de teléfonos móviles nos podrían servir y mucho para los futuros casos de pandemia.

Todo teléfono móvil deberá conllevar el uso de un dispositivo health, sea este cual sea, desde una pulsera de actividad a un smartwatch, unos auriculares, un bonito collar, etc, de forma que dicho elemento health esté en contacto con nuestro cuerpo para medir de una forma más o menos constante y permanente parámetros de nuestro cuerpo.

Añadíría de forma ineludible sensores corporales de temperatura. De forma que la app pueda lanzar una alerta al sistema cuando nuestra temperatura corporal alcance una determinada temperatura, si esta se mantiene por más de X días consecutivos, se puedan tomar acciones.

Decidir entre la privacidad y la salvación

Quizá el titular es espectacular en cuanto a su mensaje, peor podría plantearse ese escenario y en este punto, cada ser humano debería poder elegir su posición entre un máximo un mínimo a cada momento de su existencia.

Es decir, alinearse con los que defienden a ultranza la privacidad de sus datos, o por el contrario, con los que abogan porque el uso de datos privados convenientemente anonimizados puede garantizarnos unas mayores posibilidades de sobrevivencia en un futuro entorno hostil. Obviamente existiendo una gran escala de grises entre ambas posiciones.

Pero claro, para los segundos, los que defienden la sobrevivencia por encima de todas las cosas, no estarán de acuerdo con aquellos que no piensan como ellos, más que nada porque en su afán de preservar sus vidas buscan tener a todo el resto de la humanidad controlada, y claro, sin el control de algunas unidades humanas este proteccionismo no podría ser garantizado.

Entonces esta opción podría dividir al mundo en dos mitades, hace ya muchos años, hablo de unos 20 o más, en su día soñé, pensé o me dejé llevar por otro de estos sueños despiertos, en el que la raza humana «evolucionaba o involucionaba», decide tu el bando, hacia dos estados básicos, los conectados y los desconectados, y claro, ahora esa idea acude nueva y fuertemente a mi cabeza.

Yo no lo tengo claro, ¿Y tú?

Errores en el sistema detectado

La motivación que me ha hecho dar vueltas a una posible app creo que no es otra que la emersión del héroe que llevamos dentro, sí, existe esa palabra, la he tenido que buscar en la RAE pues mi navegador me la subraya como error, al igual que «pandemia», tiene risa la cosa.

Si bien supongo que el héroe interior no debe será algo muy lejano al miedo o como mínimo una forma indirecta de protesta y acto de señalar la irresponsibilidad y los constantes errores percibidos en otros muchos humanos, algunos inducidos por el propio estado. Ojo, que no me meto con el estado, pues siendo objetivo hacen lo que puede ante algo nuevo, para lo que no había plan previo y sobre lo que hay que actuar a diario.

Veo errores, con patas, entre dos y cuatro por error, cada vez que me asomo a la ventana, sí, tengo esa gran suerte de poseer ventanas, veo un constante ir y venir de personas que deambulan por las tres calles a las que me alcanza la vista. Salir tanto sin control es un error de sistema.

Quizá yo tengo un gen especial que me hace relativamente fácil pueda estar en casa por más tiempo que los demás, será el gen o será la ventana, no lo se, y que esos que pasean, son personas con otro tipo de genes, que si no salen, si no pasean, se vuelven locos. Muchos de ellos lo hacen sin carros de la compra, ni mochilas en su espalda, ni tan siquiera van de la mano de una simple barra de pan por una ciudad donde los únicos comercios son los imprescindibles, tienen como objetivo airearse.

En todo caso, en su mayoría estas personas van de aquí para allá sin mascarilla, otro tremendo error, provocado por el sistema, y es que las autoridades con el fin de preservar los stocks de mascarillas para un uso exclusivamente sanitario, nos dicen que no nos protegen, debemos ser especiales y diferentes a los sanitarios, aquí ya tenemos otro gen distinto.

Las autoridades parecen olvidarse que algunos pueden fabricarse las mascarillas en sus casas, probablemente sean precarias mascarillas, pero creo yo que algo harán cuando vas a la compra, pues es de física elemental que cualquier objeto que interpongas entre el virus y tus orificios algo hará, lógica aplastante.

El mismo error se duplica cuando además si el progreso del virus afecta tal y como dicen, donde puedes estar infectado e infectar sin saberlo durante al menos 8 días si no más, siendo una persona «no infectada aparentemente», tu protección, tu mascarilla, cuando deambulas protegerá a los demás. En fin, hay que hacer caso, hasta cierto punto.

Pero es que el error descomunal es de toda la humanidad, lo hemos visto venir, primero en Asia, y tras aterrizar el dichoso virus en Europa, hemos actuado lentos, incluso en USA, donde lleva más retraso que en Europa, cometieron el mismo error, países con medios que no son capaces de reaccionar, y cuando lo hacen lo hacemos mal, nos faltan medios básicos, colapsamos, el sistema tal y como era hoy.

Error detectado, el sistema actual debe ser actualizado. 

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