Casi por casualidad hemos descubierto este pequeño restaurante con claras pinceladas peruanas, su nombre ha llamado poderosamente nuestra atención:
«La Cholita»
Al poco, una vez ya dentro del local, descubrimos la historia que hay detrás de llamativo nombre, una historia que se encuentra escrita en un espejo que colgaba en una de las bonitas paredes del local.
Esta historia nos cuenta el porqué le dieron ese nombre el restaurante.
La Cholita, fue uno de los diversos motes que recibió una célebre actriz y cantante (soprano) peruana conocida principalmente con el sobrenombre de La Perricholi. Su nombre real era Maria Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza.
La Cholita o Perricholi, fue una apasionada del teatro y una mujer romántica y escandalosa para su época. Según muchos La Cholita fue la verdadera precursora de las posteriores divas del teatro y la interpretación.
Perricholi fue la amante del Virrey Amat que regió Chile y Perú hasta 1776 momento en que se vio forzado a volver a España. En ese momento La Cholita se quedó en Lima (Perú) con su hijo, con diversas haciendas y dotes que le dejó el Virrey, posteriormente La Cholita se casó con Vicente Fermín de Echarri con quién regentó el teatro Real Coliseo de la Comedia.
Volviendo desde esas bonitas épocas y tierras al restaurante La Cholita que ha inspirado este artículo te advierto que según nos cuenta uno de los simpáticos camareros llevan funcionando poco más de tres años y la sorpresa es que en breve se trasladan, sobre el mes de marzo se irán cerquita, a otro local ubicado en la plaza Paul Claudel, relativamente cerquita.
El local cuenta con dos salas diferentes aunque comunicadas, está decorado con un exquisito gusto, algunas de las mesas tienen butacones en piel, otras largas sillas que te harán comer con una posición más en alto de lo que viene a ser normal.
La Cholita es un restaurante minúsculo, aunque cuenta con una terraza que permite ampliar en algo el número de mesas y comensales, ya que de lo contrario, dentro, creo haber contado no más de 5 mesas, por lo que no creo que quepan más de 20 comensales a la misma vez.
En La Cholita no tienen platos ni tapas al uso, tienen un trabajo específico en su carta, una cocina fusión que de buenas a primera ya suena interesante.
Aunque su fuerte no son las tapas, acudimos por casualidad y sin intención de comer tan sólo de tomar una cerveza y porqué no… una tapa de bravas, así que:
«Camarero una de bravas»
El atento camarero nos cuestionó sobre si queríamos las bravas con la salsa a parte o con la salsa mezclada, y es que las bravas de La Cholita son algo especiales pues su salsa costa de tres salsas mezcladas. Estas salsas son:
– Salsa de mahonesa con ajo asado
– Salsa de tomate seco con aroma de romero
– Salsa de mojo picón o chimi churri
Las bravas te las sirven en un bonito cuenco de cerámica y la salsas en tres recipientes cilíndricos blancos.
La patata cuenta con un corte atípico, ya que su corte es en forma de dado en lugar del típico corte piramidal.
En boca las patatas bravas de La Cholita resultan crujientes por fuera blanda por dentro.
La ración de patatas bravas es normalita, más bien tirando a escasa si tenemos en cuenta los casi 5 euros que cuestan.
Ese pequeño aperitivo lo regamos con una buena cerveza a presión una Alhambra servida en copa y a una temperatura perfecta.
En cuanto al resto de platos, si nos guiamos por las sugerencias del chef vemos que losprecios oscilan entre los 11 y los 18 Euros, contando con platos de berberechos, vieras, foie, arroz negro, buey y otras muchas exquisiteces. Una carta bien servida y extensa en la que ya estoy pensando que pedir porque…
…Desde luego volveremos a «La Cholita» y pronto, pero esta vez a cenar o para comer como es de rigor y así poder extender este artículo o quien sabe… si algún plato lo merece, escribir uno nuevo.