Algunos de los que escriben para este medio digital nos hemos ido enamorando cada vez más y más de este barrio de Barcelona, el barrio de Horta.
Índice de este artículo
Barcelona disfruta de muchos barrios privilegiados, y todos con su encanto particular. Bien sea por sus viejas calles, por sus monumentos, sus edificios emblemáticos, incluso por sus tiendas. Sean estas modernas o antiguas.
¿Qué te va a contar un enamorado de esta ciudad?
Volviendo al tema, el barrio de Horta, te contaré que es especial por su enclave, alejado del centro de la ciudad pero ubicado en la ciudad, cronómetro en mano tendremos unos 20 minutos en metro o unos a 45 andando desde Horta hasta la plaza Catalunya, ubicada justo en el centro de la ciudad.
Hoy todavía, Horta está a salvo del turismo feroz y masivo que sufre el resto de la ciudad. Quizá Horta perdure así por muchos años y es que además de su sencillez, Horta no tiene monumentos ni muchas ubicaciones de especial interés. ni siquiera es un barrio dado al tiendeo de marcas caras, como si que se han reconvertido otros barrios de Barcelona, como El bien, Gracia y otros. Horta parece que no tiene mucho que ofrecer al turista giri que pupula por el centro. Mejor así.
En este barrio encontremos restaurantes, cafeterías y bares, como en cualquier otro barrio. Algunos de esos bares como el que es protagonista de este artículo, me refiero a el bar Quimet d’Horta disfruta de ser un bar con mucha solera.
El Quimera d’Horta realmente es un bar con mucha historia dentro del barrio, su fecha de apertura data de nada más y nada menos que 1927… y eso amigo son casi 100 años de historia.
Vayamos pues a degustar los bocadillos y tapas de este auténtico bar.
La historia de El Quimet d’Horta
El Quimet d’Horta está enclavado en la popular plaça Eivissa, centro neurálgico social del barrio de Horta desde mucho tiempos atrás.
Cuenta la historia, más o menos real, que en este bar tenían un loro, un loro que hoy forma parte del logotipo del bar, de nombre Juanito, pronúnciese «juanitu».
El Juanito era un loro con una más que avanzada habilidad del habla, capaz de repetir multitud de frases, nombres de personas, y comentarios, algunos de ellos soeces.
La anécdota más destacada es que por aquel entonces el tranvía número 46 tenía la parada de inicio y final justo enfrente del Quimet y el tranviario avisaba a los que iban a salir en él con un estruendoso silbato… sonido que Juanitu aprendió a imitar a la perfección con el consiguiente caos que originaba.
El loro cayó en desgracia cuando alguien, un malvado, decidió quemarle la lengua, probablemente para que no hablase más, el loro jamás curó, entristeció y finalmente fue cedido al zoo de Barcelona para que lo tratasen allí.
El Quimet, hoy, y posiblemente antaño, es un bar en el que puedes disfrutar sobremanera sentado en su terraza, que cuenta con unas 7 u 8 mesas dispuestas hacia el frente, sentarse en ellas durante cualquier mañana soleada y contemplar el ir y venir del barrio es una gozada.
La vida que emana de Horta es relajantemente interesante. Eso sí, cuando la primavera ya despunta encontrar sitio en su terraza es poco menos que imposible y casi siempre toca esperar.
Por contra, dentro del local, encontrarás casi siempre tu lugar, un interior decorado como antaño, con vitrinas llenas de pequeños botellines de licor, de esas que encontrábamos antes en los mueble bar de las habitaciones de hotel, en la actualidad dispone de más 3.000, siendo una auténtica colección.
El local dispone de dos plantas si bien la planta superior no la veo abierta desde hace mucho tiempo.
El bocadillo «El Poderós» del Quimet
El bocadillo «El Poderós», cuya estampa te mostramos al lado, es un bocadillo realmente poderoso, mira, observa, paladea e intenta no salivar, imposible.
Coronado con un huevo en lo alto, en esa ocasión con la yema hecha, mala suerte para mi paladar buena suerte para mi manos y posiblemente mi ropa ya que es un bocata de un fácil pringar.
Debajo, asomaba ese pimiento verde brillante, sin quemazones, como me gusta, y a su lado un crujiente bacon, oculto bajo él, un trozo de lomo acostado sobre un queso fundido. Mmmm…. todo ello entre dos rebanadas de pan de chapata que impresiona por lo tierno.
El problema de este bocadillo son los equilibrios que exige y la posible ansiedad que te pueda provocar. Al menos a mi me la provoca, yo soy de aquellos que necesito morder el bocadillo en toda su altura, y este al llegar a su mitad es muy «promontorio» quiero decir alto, y debo desencajar la mandíbula a cada mordisco, tanto que en más de una ocasión me ha entrado rampa maxilar, sí, imagínate. Y
es que eso de utilizar cuchillo y tenedor para comerse un bocadillo, no está hecho para mi, así de brutico soy.
El bocadillo de Serranito del Quimet
El bocadillo de serranito, fue el bocata que me pedí la última vez que estuvimos en el Quimet d’Horta. Fue para cenar, un viernes con media familia.
Anteriormente casi siempre habíamos ido al Quimet durante el mediodía, momento en el que no tenía duda alguna y mi elección siempre había sido un «Poderós». Pero para la noche, esta vez lo encontraba excesivo en su contenido, así que bajé un par de escalones, no muchos, pero se nota la ausencia del huevo y el bacon.
A decir verdad, este suculento bocadillo de Serranito del Quimet que te muestro en la foto de aquí al lado, no lo había probado hasta la fecha y sinceramente… una vez probado, debo de confesarte que me encantó. Un equilibrio entre lo voraz y lo excesivo perfecto, tanto que creo que se va a convertir en mi clásico para cada vez que acuda a este bar barcelonés.
Los mil y un bocadillos de «botifarra de Solsona con…»
Los bocatas de butifarra de Solsona son junto con las mil y una tortillas que tienen en su basta carta, la gran especialidad del Quimet de Horta.
Los bocadillos de botifarra del Quimet d’Horta los encontrarás de todo tipo y con casi cualquier combinación que puedas llegar a ser capaz de imaginar.
En la foto de por aquí al lado tenemos un ejemplar clásico, se trata del bocadillo de butifarra de Solsona con escalivada.
Quizá, en la foto, pueda parecer algo desvalido e insignificante al lado de los dos bocadillos anteriores, pues claro, la presencia de los otros es poco menos que avasalladora.
Sin embargo este es también un bocadillo grande, se mire por donde se mire, y la butifarra está muy muy sabrosa, quizá la escalivada podría haber sido servida con algo más de generosidad, pero vaya… el conjunto excelente. No llena tanto como los anteriores, pero es que los anteriores depende de para quien sean pueden resultar, fácilmente excesivos.
Otras tapas y asuntos
Las bravas, son flojillas, no están malas, pero realmente son muy superables, quedan lejos, muy lejos por ejemplo de las del cercano bar Louise Se Va o de las del también cercano Bar El Petit de la propia plaça Eivissa, ni que contar que las de La Esquinica o del Bar Tomás de Sarrià que son muy pero que muy superiores.
Mención especial tienen el plato de tapas denominado «bombas», y es que donde no llegan las bravas por su escasa calidad, si que llegan las bombas, la salsa que es la misma, algo picante, no en demasía, aquí si que acompaña bien.
Otras tapas famosas del lugar, como las croquetas de queso de cabrales, que son excelentes, buenas y rellenadoras de estómagos, pues a poco que te comas 4 estarás saciados.
¿Son mejores los bocatas del Quimet o los de Louise Se Va?
La pugna por el mejor bocadillo de Horta con el cercano Louise Se Va está servida, quizá el Quimet es más tradicional en cuanto a su oferta de bocadillos y su parroquia es claramente de mayor edad, el LSV en cambio cuenta con un target claramente más joven, aunque en este último también encontrarás gente de mediana edad.
El Quimet es claramente más caro que el LSV al menos en cuanto a los bocadillos y ensaladas, aunque también los bocadillos servidos en el Quimet son algo más grandes.
Las cartas están más o menos a la par en cuanto a número de bocadillos diferentes, eso sí, los del LSV son infinitamente más creativos que los del Quimet, donde muchos de ellos son simples variaciones del «Botifarra de solsona con…» o del «Tortilla con…»
A modo de ejemplo, no encontrarás en el Quimet, un bocadillo de calamares, aunque sí, y esto me choca un bocadillo de foiegras con anchoas… ahí lo dejo, a ver si hay algún valiente.
Datos y otras cosas sobre el Quimet d’Horta
Dirección: Plaça d’Eivissa, 10, 08032 Barcelona
Enlace a Google Maps >aquí<
Horarios: 9:00–24:00 Miércoles cerrado
Teléfono: 933 58 19 16
La página web del Quimet d’Horta >aquí<